Nuestra creencia sobre el Mahdi |
Por cierto que la albricia sobre la manifestación del Mahdi desde los hijos de Fátima (la hija menor del Profeta del Islam) en el fin de los tiempos -para llenar la tierra de justicia y equidad después de haber estado colmado de injusticia y opresión- está confirmada por parte del profeta (PBd) de manera reiterada, y todos los musulmanes, con la gran divergencia que tienen sus Escuelas, anotaron esto entre lo que narraron de él.
Creer en Mahdi no es algo nuevo ni exclusivo del Shiísmo, ni se trata de un consuelo para sí mismo respecto de tener que soportar a los opresores y a la opresión con lo que ellos dicen que finalmente aparecerá el Mahdi y purificará toda la tierra de la impureza de la opresión, tal como sostienen algunos de los intelectuales no equitativos.
Si no se hubiera afirmado la idea del Mahdi proveniente del Profeta de tal modo que la conocieran todos los musulmanes y se aseguró en sus propias personas y creencias, no hubieran tenido poder para pretender ser el Mahdi durante los primero siglos, -como los Kisaníiah, los ‘Abbasitas y algunos Alauitas entre otros-, con el objeto de engañar a la gente aprovechando esta creencia entre ellos para obtener el gobierno y dominarlos. Ellos usaron su pretendidamentira de ser el Mahdi como una herramienta para influenciar a la gente y ampliar su fuerza de ejecución sobre ellos.
Nosotros aunque creemos que la religión islámica es correcta y es la última de las religiones Divinas, por lo que no esperamos otra religión que restaure los asuntos del género humano, y por otro lado vemos que la injusticia se ha extendido por todo el mundo de tal manera que no existe lugar para la justicia ni corrección en ninguno de los países desarrollados, y que los musulmanes mismos han renunciado a su religión sus mandatos y sus leyes, abandonándolos en todos los países islámicos, sin que se apliquen en forma responsable ni siquiera el uno por mil de los mandatos del Islam, con todo esto debemos esperar un alivio a través del regreso de la religión islámica a su fuerza (original, con la aparición del Mahdi). Entonces, existirá la posibilidad y el poder para restaurar este mundo sumergido en el abismo de la injusticia y la corrupción.
Por otro lado, no es posible que el Islam regrese a su fuerza y dominio sobre todo el género humano mientras que entre los musulmanes, tanto en esta época como en las anteriores, existe tanta discrepancia sobre sus mandatos, sus leyes y sus pensamientos sobre él (sobre el Islam), mientras existan entre ellos innovaciones, alteraciones en sus leyes y extravíos en sus pretensiones.
En efecto, no es posible que la religión (islámica) regrese a su poder (original) excepto con la aparición de un gran restaurador que genere la unidad de los musulmanes, rechace de la religión la alteración de los charlatanes e invalide todas las innovaciones y desvíos que se le han agregado a ella por medio de la consideración y la Voluntad Señorial, y con el Favor Divino (Es decir a través de la ayuda de Dios). Así, Él lo establecerá como conductor y guía, como poseedor de esta gran jerarquía, de la jefatura general y de un poder extraordinaria, para llenar la tierra de justicia y equidad después de haber estado colmada de injusticia y opresión.
En resumen, nosotros decimos que la corrupción y la naturaleza de este estado opresivo han llegado a su fin entre la humanidad, -con la fe en la corrección de esta religión y en el hecho de que es la última de las religiones- exige que esperemos a este restaurador (el Mahdi) para que salve este mundo del estado en que se encuentra.
Por eso, todos los grupos y doctrinas del Islam creen en él. Más aún: las comunidades no musulmanes también creen en él (aunque lo llamen de distintas formas).
La distinción entre los Imamitas y otros grupos es que los Imamitas creen que este restaurador, el Mahdi, es una persona definida y conocida, la cual ha nacido en el año 256 de la Hégira lunar y aún vive. Él es hijo de al Hasan al ‘Askarí (el onceavo Imam) y su nombre es Muhammad.
Esto es algo afirmado por parte del Profeta y la Gente de la Casa. Ellos prometieron su llegada. Existen numerosas narraciones sobre su nacimiento y su ocultamiento. Además, no es posible que el Imamato se interrumpe. Él siempre debe estar sobre la tierra, aunque permanezca oculto hasta el día prometido por Dios (en el cual se manifiesta la orden de Dios) , cuya fecha es uno de los secretos Divinos que nadie conoce excepto Él, Exaltado sea.
Obviamente su vida y su permanencia durante tanto tiempo es un milagro que Dios ha hecho para él. Pero no es un milagro mayor que el de su Imamato sobre la gente cuando tenía sólo 5 años de edad, el día en que su padre falleció y fue al paraíso. Tampoco es un milagro mayor que el de Jesús cuando le hablaba a la gente desde la cuna, siendo un bebé pequeño (recién nacido), diciendo que había sido enviado y hecho surgir entre la gente como Profeta.
Tener una vida más larga que natural –o lo que se imagina que es natural- no es algo imposible desde el punto de la ciencia médica. Pero la medicina aún no ha encontrado lo que prolongue la vida del ser humano. Pero Dios Altísimo es Todopoderoso (y puede prolongar indefinidamente la vida de alguien). Por ejemplo, la prolongación de la vida de Noé (P), y la existencia de Jesús (P), que ambos figuran en el Corán, y si alguien duda de lo que ha informado el Corán, entonces hay que despedir del Islam y olvidarlo. Resulta extraño que a veces un musulmán que afirma ser creyente en el Corán, cuestione cómo puede ser posible esto.
Dentro de las cosas que es conveniente mencionar y que debemos recordar es que el sentido de la esperanza en este restaurador, rescatador y salvador al Mahdi, no implica que los musulmanes pongan sus manos sobre otras respecto a los asuntos pertenecientes a su religión y lo que es obligatorio para ellos, como la ayuda mutua, el combate en su camino, la puesta de práctica de sus mandatos, el exhortar el bien y vedar el mal, etc. (dejando estas cosas enmano de otros), sino que el musulmán siempre es responsable de obrar y practicar de acuerdo con lo que fue revelado de los mandatos de la religión, esforzándose por conocerlos de manera correcta por medio de los caminos y recursos que lo hagan llegar a ellos como corresponde. Él debe realizar esto dentro de lo posible, según su capacidad, como ha dicho el Profeta:
“Todos vosotros sois pastores y todos vosotros sois responsables de vuestro rebaño”.
Por lo tanto, no es lícito que el musulmán abandone sus tareas y obligaciones por esperar al restaurador Al Mahdi, albriciador y guía, pues esto no implica apartarse de las responsabilidades ni postergar la obra ni dejar a la gente como rebaño sin pastor.
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