la violencia no es el camino
La guerra no es un juego y las imágenes y fotos románticas de los primeros días dejan sitio a la ruina, al agotamiento, a la muerte
Las revoluciones de Libia y de Siria son dos ejemplos de lo que no debe pasar en una revolución del siglo XXI. Levantarse con armas contra los regímenes gobernantes garantiza el fracaso de la revolución como poco. Garantiza, además, tirar al país al abismo y condenarlo a un futuro incierto, caótico y con heridas difíciles a cicatrizar a corto y medio plazo. Me pregunto ¿qué futuro tiene Libia ahora? ¿En qué ayudaron los bombardeos de la OTAN?. En el caso de Libia se puede decir que la actuación de Occidente ha sido poco prudente. En un país cuya superficie es tres veces la de España resultaría difícil incluso para los marines de Estados Unidos acabar una guerra en unos meses o años. Aquí el caso es que unos cuantos miles de de revolucionarios, mal armados quieren acabar con el régimen vía las armas.
La guerra no es un juego y las imágenes y fotos románticas de los primeros días dejan sitio a la ruina, al agotamiento, a la muerte, a la destrucción y a todas las barbaridades de la guerra. La OTAN, que indudablemente por sus recursos (centros de estudios estratégicos) y por su experiencia en zonas de conflicto, podían haber dado mejor asesoramiento, podían haber presionado para una solución consensuada y dialogada del conflicto. Pero no, han preferido echar la leña al fuego, han preferido destruir la infraestructura del país africano para convertir su proceso de reconstrucción en contratos jugosos para los integrantes de la organización. Ahora Libia, que albergaba, inmigrantes de toda África está sangrando y el control de ciudades cambia en cuestiones de horas de un bando a otro. Es la perfecta guerra de nunca acabar y de los que ganan son gente ajena al lugar y al conflicto.
Siria es un caso parecido, pero gracias a Dios, todavía controlable. Presidentes de países occidentales que comieron la lengua durante las revoluciones pacificas de de Egipto y de Túnez porque se trataba de sus amiguetes en el poder, atacan a Siria y la amenazan con llevarla al consejo de la ONU. El motivo es lo que llaman represión de los manifestantes sin importarles que tipo de manifestantes sean. Me pregunto si en Francia o en Estados Unidos se permitirá a los manifestantes atacar comisarías, robar armas y protegerse en barrios residenciales o atacar con fuego a las fuerzas del orden? Estos manifestantes que aclaman en las calles limpieza étnica contra otras minorías, que se apoderan de una ciudad como Halab, que ahorcan a agentes y otros compatriotas en las plazas…
Para concluir, quiero saludar las revoluciones pacificas que se estánlibia, siria, revoluciones gestando en el mundo árabe, que siguen insistiendo en el cambio y en la democracia sin necesidad de recurrir a la violencia, que saben que el camino es largo y penoso y no pretenden atajarlo, ni empujar sus países hacia el abismo. Quiero saludar a la revolución de Bahréin, a la de Yemen y ala de mi país, Marruecos
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