¡Pemex no se privatiza!
¡Pemex no se privatiza!
Declaración
de Enrique Peña Nieto en el extranjero...
Cobertura
de periodistas en el extranjero, reacciones de columnistas
y de políticos que siempre “han mamado del poder”
“Hay diferentes opciones acerca de lo que debe ser la reforma, pero yo tengo confianza. Será transformadora” señaló al referirse a PEMEX Enrique Peña Nieto durante su estancia en Londres, previa a la cumbre delG-8 de Irlanda del Norte.
El presidente al declarar ante corresponsales del diario Financial Times “‘todos los partidos y el gobierno de la República coincidimos en temas fundamentales’’, como mantener la propiedad de los hidrocarburos, la rectoría estatal de Pemex y ‘‘explorar mecanismos que hagan posible ampliar su capacidad productiva’’ mediante la participación del sector privado.
La reacción a esta declaración, como en otras ocasiones, fue casi inmediata y se le reprocho abordar este tema en el extranjero y además fue interpretada como una intención de privatizar a Pemex, porque al final de cuentas es un planteamiento para que PEMEX sea “modernizado” con recursos extranjeros, para que el petróleo sea convertido en gasolina o cualquiera de sus múltiples derivados a través de la industria petroquímica, que es donde se genera la mayor riqueza al agregarle valor.
Peña Nieto conocedor de lo que significa abordar este tipo de temas en el extranjero, pero llama la atención porque lo hizo.
No es una suposición extraña pensar que el presidente Peña Nieto tiene conocimiento de las reacciones que suscita este tipo de consideraciones.
Columnistas mexicanos escriben sobre el tema, Sergio Sarmiento en su sección del Jaque Mate del periódico Reforma dijo: “Los presidentes mexicanos suelen hacer sus anuncios más importantes en el exterior y ante medios internacionales, y con esta declaración, Enrique Peña Nieto no ha sido la excepción. Aprovechó su estancia en Londres, previa a la cumbre del G-8 de Irlanda del Norte, para ofrecer el primer bosquejo de la reforma petrolera en una entrevista con el Financial Times.
Leo Zuckermann en su columna “Juegos de Poder” del diario Excélsior comentó: “Entiendo que el gobierno no quiera hablar en la prensa nacional sobre la reforma energética para no alborotar al gallinero. Lo que no comprendo es que sí lo haga en medios extranjeros como si los mexicanos no tuviéramos acceso a ellos. En fin, es su derecho. La buena noticia es que, gracias a sendos artículos en The Financial Times y The Wall Street Journal (WSJ), nos hemos enterado que el presidente Peña enviará una reforma para poner fin a un tabú de casi ocho décadas al abrir el sector de hidrocarburos a la inversión privada y la competencia”.
Por otra parte, considerando en México los escenarios actuales ante el gobierno del actual tlatoani, en donde de alguna forma hace propuestas para la modificación al artículo 27 de la Constitución, y luego actualmente se observa el retroceso de los programas oficiales como Oportunidades y que en éstos días miles de ciudadanos son hostigados para que en cualquier momento “sean declarados en papel que han superado la pobreza” y con esto cada vez se aclara el manejo mal intencionado de los programas sociales y de la jactancia de los políticos, como el caso de Ivonne, exgobernadora de Yucatán - de que el PRI ganará en las elecciones estatales y locales que se realicen en varios estados de la república- considerando que ella en su Gobierno, dejó cuantiosas deudas y excesos de corrupción que paralizó las actividades agropecuarias en la entidad, incluso le ato la manos al actual gobernador, quien prácticamente “quedó sólo para administrar las deudas locales”
Por consiguiente, el mensaje realizado en el exterior tiene muchas interpretaciones, sobre todo cuando la mayoría de los partidos políticos y todos los que se han sumado al ”Pacto por México” han sido callados con una “bocanada de recursos” y en años donde la crisis económica deja sentir sus efectos en los bolsillo de los mexicanos.
“Hay diferentes opciones acerca de lo que debe ser la reforma, pero yo tengo confianza. Será transformadora” señaló al referirse a PEMEX Enrique Peña Nieto durante su estancia en Londres, previa a la cumbre delG-8 de Irlanda del Norte.
El presidente al declarar ante corresponsales del diario Financial Times “‘todos los partidos y el gobierno de la República coincidimos en temas fundamentales’’, como mantener la propiedad de los hidrocarburos, la rectoría estatal de Pemex y ‘‘explorar mecanismos que hagan posible ampliar su capacidad productiva’’ mediante la participación del sector privado.
La reacción a esta declaración, como en otras ocasiones, fue casi inmediata y se le reprocho abordar este tema en el extranjero y además fue interpretada como una intención de privatizar a Pemex, porque al final de cuentas es un planteamiento para que PEMEX sea “modernizado” con recursos extranjeros, para que el petróleo sea convertido en gasolina o cualquiera de sus múltiples derivados a través de la industria petroquímica, que es donde se genera la mayor riqueza al agregarle valor.
Peña Nieto conocedor de lo que significa abordar este tipo de temas en el extranjero, pero llama la atención porque lo hizo.
No es una suposición extraña pensar que el presidente Peña Nieto tiene conocimiento de las reacciones que suscita este tipo de consideraciones.
Columnistas mexicanos escriben sobre el tema, Sergio Sarmiento en su sección del Jaque Mate del periódico Reforma dijo: “Los presidentes mexicanos suelen hacer sus anuncios más importantes en el exterior y ante medios internacionales, y con esta declaración, Enrique Peña Nieto no ha sido la excepción. Aprovechó su estancia en Londres, previa a la cumbre del G-8 de Irlanda del Norte, para ofrecer el primer bosquejo de la reforma petrolera en una entrevista con el Financial Times.
Leo Zuckermann en su columna “Juegos de Poder” del diario Excélsior comentó: “Entiendo que el gobierno no quiera hablar en la prensa nacional sobre la reforma energética para no alborotar al gallinero. Lo que no comprendo es que sí lo haga en medios extranjeros como si los mexicanos no tuviéramos acceso a ellos. En fin, es su derecho. La buena noticia es que, gracias a sendos artículos en The Financial Times y The Wall Street Journal (WSJ), nos hemos enterado que el presidente Peña enviará una reforma para poner fin a un tabú de casi ocho décadas al abrir el sector de hidrocarburos a la inversión privada y la competencia”.
Por otra parte, considerando en México los escenarios actuales ante el gobierno del actual tlatoani, en donde de alguna forma hace propuestas para la modificación al artículo 27 de la Constitución, y luego actualmente se observa el retroceso de los programas oficiales como Oportunidades y que en éstos días miles de ciudadanos son hostigados para que en cualquier momento “sean declarados en papel que han superado la pobreza” y con esto cada vez se aclara el manejo mal intencionado de los programas sociales y de la jactancia de los políticos, como el caso de Ivonne, exgobernadora de Yucatán - de que el PRI ganará en las elecciones estatales y locales que se realicen en varios estados de la república- considerando que ella en su Gobierno, dejó cuantiosas deudas y excesos de corrupción que paralizó las actividades agropecuarias en la entidad, incluso le ato la manos al actual gobernador, quien prácticamente “quedó sólo para administrar las deudas locales”
Por consiguiente, el mensaje realizado en el exterior tiene muchas interpretaciones, sobre todo cuando la mayoría de los partidos políticos y todos los que se han sumado al ”Pacto por México” han sido callados con una “bocanada de recursos” y en años donde la crisis económica deja sentir sus efectos en los bolsillo de los mexicanos.
En el lenguaje del Pacto: Modernizar es Privatizar PEMEX
Hay palabras que tienen una fuerte carga negativa, pero que son claramente descriptivas del sentido que entrañan. Una de ellas es la repudiada e innombrable, en ciertos círculos de poder, palabra privatización.
Hay palabras que tienen una fuerte carga negativa, pero que son claramente descriptivas del sentido que entrañan. Una de ellas es la repudiada e innombrable, en ciertos círculos de poder, palabra privatización.
_____________________
RICARDO MEJÍA
23/JUN/2013 00:00 HRS
Hoy, el gobierno de Enrique Peña Nieto y los partidos del pacto, pretenden darle la vuelta a la palabra privatización, utilizando eufemismos como modernización, transformación, adelgazamiento, renovación, etc. etc., cuando lo que en realidad pretenden es poner en subasta la principal empresa del país: Petróleos Mexicanos.
La privatización en México va ligada a un amplio proceso de desincorporación y venta de empresas públicas que se inició a partir del gobierno de Miguel de la Madrid y se acentuó y adquirió un ritmo vertiginoso con Carlos Salinas de Gortari.
Si bien el estado mexicano había caído en extremos inadmisibles, donde se era propietario incluso de empresas que vendían bicicletas, en la fiebre privatizadora, el estado se deshizo de cientos de empresas públicas, sin que su venta se haya materializado en beneficios específicos para la población.
Si se revisan los discursos de la época, los argumentos parecen calcados ahora en la arremetida privatizadora contra Petróleos Mexicanos. Se dijo que el estado no tenía la capacidad para invertir y desarrollar la infraestructura necesaria para impulsar el desarrollo, que el estado tenía que concentrarse en sus funciones para combatir la pobreza, que la inversión privada iba a ser el motor del crecimiento.
Es claro, por ejemplo, que la venta de Teléfonos de México permitió la construcción del hombre más rico del mundo, pero ello no se ha traducido en mejores servicios para los usuarios.
Los bancos, después de la nacionalización lopezportillista, fueron cedidos a los casa bolseros, que hicieron grandes negocios vendiendo a su vez los bancos privatizados a grupos financieros internacionales, de tal suerte, que hoy la banca en México es extranjerizada, convirtiendo a los usuarios de los servicios bancarios de nuestro país en un mercado cautivo para el cobro de cuantiosas comisiones y altos costos de intermediación, siendo los mexicanos quienes financiamos las pérdidas en otros países de los grupos bancarios extranjeros. La banca "mexicana" ha sido el mejor negocio para estos grupos económicos a costa de cobros desproporcionados e injustos.
El proceso privatizador del grupo neoliberal en el poder, se manejó también con corrupción, falta de transparencia y tráfico de influencias. Hubo quienes se hicieron de bienes de la nación sin apenas gastar un peso, a través de triangulaciones, convirtiendo este proceso en un botín.
En el caso particular del sector energético, se han utilizado como argumentos para reformar la estructura de Pemex, la falta de capacidad de ejecución y la falta de recursos.
La falta de capacidad de ejecución, se refiere a funcionarios incompetentes y corruptos, para solucionarlo, se requiere una supervisión por parte del Legislativo más fuerte y más ágil.
Para romper el argumento de falta de recursos, es necesario lograr autonomía presupuestal para que las inversiones de Pemex no afecten al déficit público, como en el caso de Petrobras, Statoil y Electricité de France.
Adicionalmente, sin necesidad de una reforma fiscal, las operaciones de Pemex se pueden dividir en dos rubros. Lo que hasta ahora se grava a una tasa alta de impuesto, que le permite al sistema tributario obtenerganancias, puede permanecer así; a los ingresos derivados de inversión nueva, se les aplicaría un régimen fiscal normal, para que puedan pagar los recursos contratados para la realización de dicha inversión.
Vale la pena mencionar que existen tres vías por las que se puede realizar la privatización de Petróleos Mexicanos. La primera se refiere a privatizar el capital, la cual, involucra requerimientos constitucionales. Si se deseara seguir este camino, sería necesario cambiar el régimen fiscal dependiente hasta ahora de la paraestatal.
La segunda, involucra la entrega a terceros de actividades, ésta práctica ya se realiza en centrales de CFE y en contratos de Pemex en áreas como exploración y producción.
La tercera radica en asociaciones, donde la estrategia consiste en administrar de manera deficiente una planta o instalación industrial reduciendo su valor económico, posteriormente se realiza una asociación por lo que ni siquiera se efectúa un pago para el gobierno, simplemente se traspasa la administración, haciendo que las ganancias sean para terceros y no para el Estado. Como ejemplo, se puede observar lo sucedido en el complejo petroquímico Pajaritos con Mexichem y con Mexicana de Lubricantes.
Como valor patrimonial de Pajaritos, se estableció la cantidad irrisoria de 250 millones de dólares. Con esta alianza, Mexichem obtuvo el 56% del complejo, mientras que Pemex se queda con el 44%. Claramente, esto se traduce en una obtención ilimitada de ganancias para la empresa particular.
En el caso de Mexicana de Lubricantes, desde que en 1992 se autorizara la coinversión con capital privado en aras de mejorar la formulación, envasado y comercialización de lubricantes y grasas, este sector, que antes se encontraba en el lugar 37 de 100 líderes en rentabilidad en el país y que aportaba una ganancia neta de 225 millones de dólares, declaró tener pérdidas netas cada año.
Ante estas anomalías, se presentaron 60 juicios en contra, en los que se exigió la entrega de los estados financieros de los años 2001 a 2005, obteniendo como respuesta tan sólo hasta el 2003, y se aconsejó llevar a cabo una Asamblea Ordinaria de Accionistas con auditorias financiera, fiscal, legal, forense, así como una valuación de la empresa.
Con lo que el gobierno de Enrique Peña Nieto pretende hacer, se observa nuevamente que el Pacto por México está diseñado para satisfacer intereses de una oligarquía y no de la ciudadanía en general. La privatización de Pemex tendrá como consecuencia no tan sólo el aumento de precios, sino el incremento de impuestos, porque la paraestatal aporta entre el 35 y 40% de la recaudación fiscal.
Todas las utilidades de Pemex que se privaticen, redundarán en un aumento de impuestos. En el 2012, la paraestatal pagó un monto total de 902 mil 892 millones de pesos, cifra 3.3% superior a la cantidad del 2011. Esto representó el 55% de sus ventas totales y el 99% de la utilidad de operación. En contraste, el Impuesto Sobre la Renta (ISR) registró una captación de 760 mil 106 millones de pesos, de los cuales, las personas morales pagaron 288 mil 360 mdp; es decir, 38 por ciento de los ingresos de dicho impuesto. Si Pemex se vuelve privado al igual que los grandes consorcios evadirá impuestos. ¿Quién pagará las consecuencias? Por supuesto, los ciudadanos ¿Pacto por México? o ¿Pacto para satisfacer la cúpula de poder del país? ¿Pacto para entregar Pemex?
Twitter: @RicardoMeb
RICARDO MEJÍA
23/JUN/2013 00:00 HRS
Hoy, el gobierno de Enrique Peña Nieto y los partidos del pacto, pretenden darle la vuelta a la palabra privatización, utilizando eufemismos como modernización, transformación, adelgazamiento, renovación, etc. etc., cuando lo que en realidad pretenden es poner en subasta la principal empresa del país: Petróleos Mexicanos.
La privatización en México va ligada a un amplio proceso de desincorporación y venta de empresas públicas que se inició a partir del gobierno de Miguel de la Madrid y se acentuó y adquirió un ritmo vertiginoso con Carlos Salinas de Gortari.
Si bien el estado mexicano había caído en extremos inadmisibles, donde se era propietario incluso de empresas que vendían bicicletas, en la fiebre privatizadora, el estado se deshizo de cientos de empresas públicas, sin que su venta se haya materializado en beneficios específicos para la población.
Si se revisan los discursos de la época, los argumentos parecen calcados ahora en la arremetida privatizadora contra Petróleos Mexicanos. Se dijo que el estado no tenía la capacidad para invertir y desarrollar la infraestructura necesaria para impulsar el desarrollo, que el estado tenía que concentrarse en sus funciones para combatir la pobreza, que la inversión privada iba a ser el motor del crecimiento.
Es claro, por ejemplo, que la venta de Teléfonos de México permitió la construcción del hombre más rico del mundo, pero ello no se ha traducido en mejores servicios para los usuarios.
Los bancos, después de la nacionalización lopezportillista, fueron cedidos a los casa bolseros, que hicieron grandes negocios vendiendo a su vez los bancos privatizados a grupos financieros internacionales, de tal suerte, que hoy la banca en México es extranjerizada, convirtiendo a los usuarios de los servicios bancarios de nuestro país en un mercado cautivo para el cobro de cuantiosas comisiones y altos costos de intermediación, siendo los mexicanos quienes financiamos las pérdidas en otros países de los grupos bancarios extranjeros. La banca "mexicana" ha sido el mejor negocio para estos grupos económicos a costa de cobros desproporcionados e injustos.
El proceso privatizador del grupo neoliberal en el poder, se manejó también con corrupción, falta de transparencia y tráfico de influencias. Hubo quienes se hicieron de bienes de la nación sin apenas gastar un peso, a través de triangulaciones, convirtiendo este proceso en un botín.
En el caso particular del sector energético, se han utilizado como argumentos para reformar la estructura de Pemex, la falta de capacidad de ejecución y la falta de recursos.
La falta de capacidad de ejecución, se refiere a funcionarios incompetentes y corruptos, para solucionarlo, se requiere una supervisión por parte del Legislativo más fuerte y más ágil.
Para romper el argumento de falta de recursos, es necesario lograr autonomía presupuestal para que las inversiones de Pemex no afecten al déficit público, como en el caso de Petrobras, Statoil y Electricité de France.
Adicionalmente, sin necesidad de una reforma fiscal, las operaciones de Pemex se pueden dividir en dos rubros. Lo que hasta ahora se grava a una tasa alta de impuesto, que le permite al sistema tributario obtenerganancias, puede permanecer así; a los ingresos derivados de inversión nueva, se les aplicaría un régimen fiscal normal, para que puedan pagar los recursos contratados para la realización de dicha inversión.
Vale la pena mencionar que existen tres vías por las que se puede realizar la privatización de Petróleos Mexicanos. La primera se refiere a privatizar el capital, la cual, involucra requerimientos constitucionales. Si se deseara seguir este camino, sería necesario cambiar el régimen fiscal dependiente hasta ahora de la paraestatal.
La segunda, involucra la entrega a terceros de actividades, ésta práctica ya se realiza en centrales de CFE y en contratos de Pemex en áreas como exploración y producción.
La tercera radica en asociaciones, donde la estrategia consiste en administrar de manera deficiente una planta o instalación industrial reduciendo su valor económico, posteriormente se realiza una asociación por lo que ni siquiera se efectúa un pago para el gobierno, simplemente se traspasa la administración, haciendo que las ganancias sean para terceros y no para el Estado. Como ejemplo, se puede observar lo sucedido en el complejo petroquímico Pajaritos con Mexichem y con Mexicana de Lubricantes.
Como valor patrimonial de Pajaritos, se estableció la cantidad irrisoria de 250 millones de dólares. Con esta alianza, Mexichem obtuvo el 56% del complejo, mientras que Pemex se queda con el 44%. Claramente, esto se traduce en una obtención ilimitada de ganancias para la empresa particular.
En el caso de Mexicana de Lubricantes, desde que en 1992 se autorizara la coinversión con capital privado en aras de mejorar la formulación, envasado y comercialización de lubricantes y grasas, este sector, que antes se encontraba en el lugar 37 de 100 líderes en rentabilidad en el país y que aportaba una ganancia neta de 225 millones de dólares, declaró tener pérdidas netas cada año.
Ante estas anomalías, se presentaron 60 juicios en contra, en los que se exigió la entrega de los estados financieros de los años 2001 a 2005, obteniendo como respuesta tan sólo hasta el 2003, y se aconsejó llevar a cabo una Asamblea Ordinaria de Accionistas con auditorias financiera, fiscal, legal, forense, así como una valuación de la empresa.
Con lo que el gobierno de Enrique Peña Nieto pretende hacer, se observa nuevamente que el Pacto por México está diseñado para satisfacer intereses de una oligarquía y no de la ciudadanía en general. La privatización de Pemex tendrá como consecuencia no tan sólo el aumento de precios, sino el incremento de impuestos, porque la paraestatal aporta entre el 35 y 40% de la recaudación fiscal.
Todas las utilidades de Pemex que se privaticen, redundarán en un aumento de impuestos. En el 2012, la paraestatal pagó un monto total de 902 mil 892 millones de pesos, cifra 3.3% superior a la cantidad del 2011. Esto representó el 55% de sus ventas totales y el 99% de la utilidad de operación. En contraste, el Impuesto Sobre la Renta (ISR) registró una captación de 760 mil 106 millones de pesos, de los cuales, las personas morales pagaron 288 mil 360 mdp; es decir, 38 por ciento de los ingresos de dicho impuesto. Si Pemex se vuelve privado al igual que los grandes consorcios evadirá impuestos. ¿Quién pagará las consecuencias? Por supuesto, los ciudadanos ¿Pacto por México? o ¿Pacto para satisfacer la cúpula de poder del país? ¿Pacto para entregar Pemex?
Twitter: @RicardoMeb
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Pese a los conflictos
internos del PAN, existen las condiciones para que se concreten a tiempo las reformas
en materia energética y fiscal, consideró hoy Emilio Gamboa Patrón, senador del
PRI, al tiempo que enfatizó que no se busca privatizar a Pemex, sino
modernizarlo con inversión privada y extranjera.
“Yo veo las condiciones, con todo y los jaloneos que hay, que así es normal en los partidos políticos, sin duda, vamos a salir adelante con las reformas energética y fiscal”, reiteró el coordinador parlamentario del Partido Revolucionario Institucional.
Gamboa Patrón enfatizó que pese a las diferencias que afectan internamente a los panistas en el Senado, los legisladores del PAN manifestaron su apertura a una reforma en materia energética.
“Es por esto que el PRI ya trabaja con los senadores del PAN, viendo hasta dónde puede llegar el acuerdo para una modificación legal”, dijo el senador priista.
A través de sus declaraciones, Gamboa Patrón destacó que ni el PRI ni el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto buscan la privatización de Pemex y aclaró que lo que se busca es la modernización de la paraestatal mediante inversiones del sector privado y extranjero.
“El objetivo es atraer inversiones en el orden de los 30 a 40 mil millones de dólares en un periodo de unos seis años para modernizar la infraestructura energética nacional y para generar los empleos que tanto requiere México”, declaró.
El político priista precisó que el Senado analizará la iniciativa de reforma energética que presente el Pacto por México, al tiempo que la Cámara de Diputados hará lo mismo con la reforma fiscal.
“Yo veo las condiciones, con todo y los jaloneos que hay, que así es normal en los partidos políticos, sin duda, vamos a salir adelante con las reformas energética y fiscal”, reiteró el coordinador parlamentario del Partido Revolucionario Institucional.
Gamboa Patrón enfatizó que pese a las diferencias que afectan internamente a los panistas en el Senado, los legisladores del PAN manifestaron su apertura a una reforma en materia energética.
“Es por esto que el PRI ya trabaja con los senadores del PAN, viendo hasta dónde puede llegar el acuerdo para una modificación legal”, dijo el senador priista.
A través de sus declaraciones, Gamboa Patrón destacó que ni el PRI ni el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto buscan la privatización de Pemex y aclaró que lo que se busca es la modernización de la paraestatal mediante inversiones del sector privado y extranjero.
“El objetivo es atraer inversiones en el orden de los 30 a 40 mil millones de dólares en un periodo de unos seis años para modernizar la infraestructura energética nacional y para generar los empleos que tanto requiere México”, declaró.
El político priista precisó que el Senado analizará la iniciativa de reforma energética que presente el Pacto por México, al tiempo que la Cámara de Diputados hará lo mismo con la reforma fiscal.
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