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domingo, 29 de junio de 2014

¿QUIÉN ES UNA PERSONA “KANUD EN EL CORÁN”?

   ¿QUIÉN ES UNA PERSONA “KANUD EN EL CORÁN”?
 
El ser humano en el transcurso de su vida va adquiriendo defectos y manchas que oscurece su alma repercutiendo en su manera de ser y haciéndole mucho daño tanto a él como a los que lo rodean.
Aquel ser humano, al que no ha iluminado la luz del conocimiento divino, ni la luz de los Profetas (P), termina naturalmente sometiéndose a su concupiscencia, a sus instintos y a su rebeldía, naturalmente termina siendo ingrato y avaro (kanud).
Dice el Sagrado Corán en el sura 100 (los corceles) la aleya 6: Innal insana lirab-biji la kanud (Ciertamente el ser humano es ingrato para con su Señor).
La ingratitud y la avaricia en el Sagrado Corán utiliza la palabra “Kanud” para denominar una tierra estéril o un hombre malagradecido y avaro.
Aquella persona, que enumera detalladamente sus problemas y tribulaciones, olvidándose de las mercedes y las gracias de Dios se le llama kanud, ingrato o avaricioso.
Una persona que consume las mercedes divinas, privando de ello a su prójimo es “kanud”, siempre se está reprochando y se olvida muy fácilmente que unos días y años atrás gozó de tanta gracia que pensaba que nunca se le iba a terminar, habla de su pobre vejez, de la falta de trabajo, del olvido de su familia, amigos y hermanos hacía con él, pero se olvida de cuando estaba en los momentos de esplendor, efervescencia y calor, esa manera de comportamiento se llama “kanud” ingrato y avaro.
Se menciona en un hadiz del Profeta del Islam (PBD): “Kanud es aquel que come solo, que no da limosna y maltrata a su prójimo”. El kanud es aquel que no se solidariza cuando sus amigos se encuentran en dificultades, es aquel cuya bondad es ínfima, es aquel que priva a los demás, cuando le llega una gracia y que se impacienta y se queja cuando le azota la adversidad. Es aquel, que consume las gracias divinas, en desobediencia al Creador, es quien niega las mercedes divinas (quien cree que le basta su esfuerzo), su amor extremo hacia los bienes mundanales es el factor principal que acarrea la avaricia y la ingratitud.
El ser humano kanud, ingrato y avaro, desvía su principal meta y la utiliza en el sendero de la arrogancia y la concupiscencia.
¡Hermanos y hermanas en la senda del Islam! Convivimos con las personas ingratas y avariciosas día a día, ellos sufren de una terrible enfermedad que si no estamos alertas y atentos, podemos también ser contagiados –audubil-lah- ¿Por qué llegamos a ser ingratos?, cuando nos enfermamos de “jasidin ida jasad” (el envidioso cuando envidia) llegamos a la terrible y nefasta enfermedad de “kanud” un hombre ingrato, desagradecido y avaro.
La malicia del envidioso cuando envidia es uno de los peores vicios, nadie nace ingrato, desagradecido y avaro, es el vicio del envidioso cuando envidia que lo lleva a esta gran enfermedad, volviéndolo con tres clases de maldades:
1- La maldad de los que atacan con corazones oscuros.
2- La de los embaucadores, que debilitan las voluntades, la fe, la creencia, el cariño y la amistad.
3- La maldad de los envidiosos.
 
Todos los males derivan de aquellas tres fuentes. La envidia, es una característica satánica que aparece en el hombre a raíz de diversos factores, tales como el debilitamiento de la fe, la avaricia. La vana ilusión de ver en la ruina al prójimo, etc. La envidia es la fuente de la mayoría de los grandes pecados.
Cuando perdemos la fe a través de no orar, no hacer el ayuno, no dar limosna, tener limpio su lugar de oración, nos llenamos de avaricia diciendo: “¿Por qué no a mí?” y empezamos a sufrir de kanud, pero tras de esa enfermedad fuimos acrecentando un vicio el cual fue crear la malicia del envidioso cuando envidia.
El envidioso es supersticioso y para “protegerse busca ayuda en la hechicería, porque cree que todo el vecindario le está haciendo mal y ellos son culpables de su fracaso.
El Imam Baqir (P) decía: “La envidia carcome la fe como el fuego consume la leña”.
Dijo el Imam Sadiq (P): “Son enemigos de la religión, la envidia, la vanidad y la jactancia”. Evidentemente el envidioso, objeta la sabiduría divina cuando pregunta: “¿Por qué Él otorga sus mercedes e incluye en su bondad a algunos individuos?
Dice en el Sagrado Corán: “¿Envidian a la gente por lo que Dios les agració de su merced?” (4:54)
Sucede a veces que con el propósito de ver arruinado a su prójimo, el envidioso se perjudica a sí mismo, existen en el curso de la historia, numerosos ejemplos, nos es suficiente evidenciar lo reprobable de la envidia: el primer crimen cometido sobre la faz de la tierra, se suscitó por envidia (Caín mató a su hermano Abel por envidia).
Los envidiosos, siempre constituyeron uno de los obstáculos en el camino de los Profetas (PBD) y los gnósticos. Por tal motivo, el Sagrado Corán ordena al Enviado de Dios (PBD) refugiarse en el Altísimo, de su malicia. Pese a que en el sura, el receptor es el Profeta (PBD), queda evidenciado que todos los hombres, deben tomarlo como un modelo para sus vidas.
Ua min shar-ri jasidin ida jasad (y protégete de la malicia del envidioso cuando envidia).
Muchos pueden tener un vicio de ser envidioso pero no han puesto en práctica su malicia para hacer daño a través de la envidia, Dios nos libre de un envidioso cuando pone al acecho sus capacidades de un maldadoso y lo peor que este en tu vecindad, casa o hasta el mismo cuarto donde duermes.
Dios nos proteja de tal serpiente venenosa.

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