Comunicado del MPJD ante la muerte de Margarita Santizo
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México, 18 de octubre de 2014 (MPJD).- Desde su aparición el 28 de marzo de 2011, El MPJD ha sido voz de las víctimas de la violencia delincuencial e institucional, voz de los ciudadanos conscientes y sensibles del dolor que vive la Nación, voz de las niñas y niños lastimados, de las mujeres y los padres que se preguntan en qué clase de país vivimos, y voz de las muertas y muertos que el Estado, a pesar de todas sus argucias, no ha podido olvidar ni en fosas clandestinas ni disueltos o tirados al mar ni en el silencio al que ha querido someter a la prensa.
Por ello, mientras el horror, la injusticia y la guerra continúen no desapareceremos. Así como nos hemos sumado a la indignación nacional que en la desaparición de 43 normalistas, 6 asesinados y 11 heridos en Iguala, ha vuelto a visibilizar la emergencia nacional y la tragedia humanitaria que a lo largo de estos años no hemos dejado de denunciar, nos sumamos también a la decisión y la voz de nuestra compañera Margarita Santizo, cuya última voluntad fue ser velada frente a la Secretaría de Gobernación para continuar denunciando el horror y la deuda que el Estado tiene con el país.
En esa lucida decisión vemos la presencia y la voz no sólo de nuestros compañeros que, como Nepomuceno Moreno y Trinidad Ramírez, fueron brutalmente asesinados sin hallar justicia, que como Eva Alarcón y Marcial Bautista fueron desaparecidos o que, como Roberto Galván y la propia Margarita Santizo, murieron sin ver a sus hijos volver a casa, sino los más de 100 mil asesinados, los más de 30 mil desparecidos, los más de 300 mil desplazados, y de las cientos de miles de familias rotas, a los que ahora se suman, como la punta del iceberg cuya profundidad de muerte y horror es inconmensurable, los normalistas desparecidos de Ayotzinapa.
A pesar de que Esteban Morales, el hijo de Margarita, y sus dos amigos desaparecidos junto con él, fueran policías federales, es decir, gente que trabajaba en la defensa de los ciudadanos, el Estado no hizo nada por devolverlos a sus madres. La presencia del cuerpo ya sin vida de Margarita Santizo en las puertas de la Secretaría de Gobernación es la muestra dolorosa y profunda de miles de madres que, como ella, aguardan y continúan aguardando la vuelta de sus hijos y la respuesta de un Estado omiso y corrompido hasta sus raíces.
Anunciamos que, de aquí en adelante y en la medida de nuestras posibilidades, velaremos a cada uno de nuestros siguientes muertos en la puerta de la Secretaría de Gobernación, es decir, de cada una de las víctimas que han salido a la búsqueda de sus desaparecidos y se han topado con la muerte. Y lo seguiremos haciendo hasta que el gobierno abra los ojos a la verdad. Convocamos a todas y todos los habitantes del país para que repliquen esto en sus localidades, con sus víctimas.
Frente a gobiernos omisos (del partido político que sea), en los tres niveles; frente al increíblemente inepto Poder Legislativo y un Poder Judicial entregado al sucio negocio de la venta de impunidad; frente a un Poder Ejecutivo ciego y sordo, el MPJD sube el tono de su reclamo y vislumbra su radicalización. Mientras los gobiernos luchan por hacer parecer el caso de los 43 muchachos desaparecidos y los seis muertos como excepcional, el MPJD insiste y reitera que es un caso “normal” y cotidiano en muchas regiones del país. Son la punta de un monstruoso iceberg. Y reiteramos también lo expresado a los entonces candidatos a la presidencia de la República, que no podían aspirar más que a ser los administradores del horror mientras no vieran y escucharan las voces de los vivos y las voces de los muertos, de aquellos que no habrán de aparecer. Tampoco podrán desaparecer nuestro pasado y nuestra memoria. Quien no recuerda su pasado está condenado a repetirlo.
El MPJD entiende que ni al crimen organizado, ni a los gobiernos les alcanza, ni les alcanzará jamás, para desaparecer a los habitantes de nuestra Nación y alza la voz para decir las veces que sea necesario que no vamos a desaparecer en la noche de la ignominia y el olvido.
Atentamente
Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad
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