CRISIS
Deafío ruso a Estados unidos
El presidente ruso reta a
Obama en la frontera ucraniana
- Putin
despliega a 80.000 tropas en los límites de regiones prorrusas bajo
control de Kiev
- El
presidente norteamericano exige su retirada y diálogo para rebajar la
tensión
Partidarios
del ultraderechista Pravy Sector protestan frente al Parlamento de Kiev. AFP
XAVIER
COLÁS Especial para EL MUNDO Moscú
Actualizado:
28/03/2014 21:41 horas
El
'mordisco' que Rusia ha dado este mes a Ucrania, arrancando la península de Crimea por medio de una invasión
encubierta y un referéndum exprés, ha dejado con algo de hambre al gigante
euroasiático. Moscú ha desafiado a EEUU acumulando estos días sus tropas
al otro lado de la frontera que comparte con la Ucrania continental. Hasta
80.000 soldados -según algunos legisladores de EEUU y varios analistas- esperan
en los límites occidentales de Rusia. Al otro lado de la alambrada tienen una
presa más fácil de lo habitual: regiones ucranianas con un notable carácter
prorruso, sobre todo en las ciudades de Donetsk y Jarkov. Allí grupos
separatistas están desafiando en la calle al poder de Kiev, donde el Gobierno
central todavía no ha podido poner a punto un ejército diezmado y en un estado
técnico calamitoso: muchos vehículos estaban sin batería hasta hace unos días y
Rusia ha confiscado barcos e inutilizado algunos aviones.
Arseni
Yatseniuk, el primer ministro ucraniano, se lo resumió con crudeza a un grupo
de senadores de EEUU: "No tenemos nada que flote, vuele o ande".
A pesar de las peticiones de ayuda, Washington ha evitado suministrar armas a
los ucranianos, sobre todo tras ver lo fácilmente que han pasado a manos rusas
en la incruenta toma de Crimea. Kiev ha optado por llamar a voluntarios a
unirse a una Guardia Nacional de nuevo cuño, mientras intenta reciclar como
fuerzas de seguridad a muchos ciudadanos que empuñaron las armas en Kiev contra
el anterior Gobierno.
'Escraches' frente al Parlamento
El
problema es que muchos pertenecen a las filas del grupo radical Pravy Sektor, que estos días ha llegado a
organizar 'escraches' frente al Parlamento. La muerte de uno de sus líderes en
un enfrentamiento con la policía les ha llevado a pedir la dimisión del
ministro del Interior. Y la poca batalla que ha dado el Gobierno por Crimea ha
vuelto a provocar quemas de neumáticos frente a los edificios gubernamentales,
igual que durante la crisis que hizo caer al presidente Victor Yanukovich.
Pero el gobierno necesita refuerzos y está asimilando a radicales y ex
combatientes de las peleas callejeras mediante mesas de reclutamiento en plena
calle. En dos semanas los voluntarios reciben toda la instrucción necesaria.
Es el
recurso que le queda a un Gobierno que con las únicas armas con las que puede
contar es con las propias. Tras la batería de sanciones de la semana pasada,
Barack Obama ha vuelto a aferrarse a las palabras. El presidente estadounidense
calificó este viernes de anormal la concentración de tropa srusas y pidió a
Moscú su retirada y el inicio de conversaciones para rebajar la tensión. Obama
cree que estos "ejercicios militares" no son en ningún caso lo que
normalmente estaría haciendo Rusia". El presidente de EEUU teme que
estos pasos no ser un intento de intimidar a Ucrania sino el precursor de otras
acciones: "Podría ser que tengan planes adicionales".
Desde la
capital rusa se emiten unas señales tranquilizadoras que no fueron sinceras la
última vez. Putin negó el 4 de marzo que fuese a anexionarse
Crimea, una península que semanas después era aceptada como parte de la
Federación Rusa. Ahora Rusia ha vuelto a negar nuevas ambiciones
territoriales, pero sus juegos de guerra se parecen demasiado a los que
sirvieron de prólogo a esa invasión sin banderas. Pero Moscú sabe que en este
segundo asalto tiene muchas más probabilidades de mancharse las manos de
sangre. Como recuerda el experto en seguridad, Mark Galeotti, ni siquiera en
los bastiones prorrusos del este de Ucrania existe una homogeneidad prorrusa
como la que parecía haber en Crimea.
Moscú
cuenta con algunas avanzadillas para preparar el terreno. Algunos cabecillas
como el activista Pavel Gubarev en Donetsk han promovido una
rebelión cívica contra las autoridades de Kiev, siendo "claramente
dirigidos por los servicios secretos rusos", según el analista Sergei
Shtukarin. El encarcelamiento de Gubarev sólo sirvió para convertirle en un
mártir de la causa rusa en Ucrania. Además, los servicios secretos ucranianos
(SBU), cuentan entre sus mandos con unos cuantos oficiales heredados del
anterior presidente Yanukovich. "Tienen vínculos con
Moscú", afirma Galeotti, quien cree que una tercera pata de ese caballo de
Troya sería el Berkut. Eran las fuerzas especiales de Yanukovich y han sido
disueltas por el nuevo Gobierno de Kiev. Muchos oficiales han sido acogidos en
bastiones rusos. Por si todo esto no fuese suficiente hay 270 tanques y 140
aviones listos para entrar en acción.
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