Trabajos internos y marionetas israelíes: ¿son los musulmanes esclavos de las teorías conspirativas?
¿Por qué asumir la responsabilidad de nuestras acciones cuando es mucho más fácil señalar con el dedo a la CIA / Mossad / los judíos / los hindúes, o cualquier otro villano de tu elección?
06/11/2014 - Autor: Mehdi Hasan - Fuente: New Statesman
¿Sabías que Abu Bakr al-Baghdadi, líder de Isis, fue entrenado por el Mossad y la CIA? ¿Eras consciente de que su nombre real no es Ibrahim Awad Ibrahim Ali al-Badri al-Samarrai sino Simon Elliot? ¿O que es un actor judío reclutado por los israelíes para interpretar el papel de terrorista más buscado del mundo?
Si nos guiamos por los mensajes de correo electrónico en mi bandeja de entrada y mi timeline (línea temporal) de Twitter y en mi página de Facebook, un montón de musulmanes están no sólo dispuestos a creer esta tontería sin sentido, sino que tienen un montón de ganas de compartirlo con sus amigos. La extraña afirmación de que los documentos de la NSA publicados por Edward Snowden "prueban" que los EE.UU. e Israel están detrás de las acciones de al-Baghdadi se han convertido en viral.
Sólo hay un problema. "Es absoluta KK", me dijo Glenn Greenwald, el periodista de investigación que ayudó a difundir la historia de la NSA. "Snowden nunca dijo nada de eso y ningún documento NSA sugiere eso". A su vez, el abogado de Snowden, Ben Wizner, ha calificado la historia como un engaño.
Sin embargo, millones de musulmanes de todo el mundo tienen una debilidad por este tipo de engaños. Las teorías conspirativas son moneda corriente tanto en los países de mayoría musulmana como en las comunidades musulmanas en occidente. Los eventos del 9/11 y la "guerra contra el terror" posterior crearon una amplia gama de bromistas, charlatanes y fantasiosos desde Birmingham a Beirut.
En una visita a Irak en 2002, conocí a un clérigo islámico que me dijo que judíos, y no árabes, habían sido responsables de los ataques contra el World Trade Center y el Pentágono. Él repitió en voz alta la más popular y perniciosa teoría conspirativa de Oriente Medio sobre el 9/11: 4.000 judíos no se presentaron a trabajar el 11 de septiembre 2001, debido a que habían sido advertidos sobre los ataques.
Por supuesto, no existe ninguna evidencia para esta afirmación extravagante y ofensiva. La verdad es que más de 200 judíos, entre ellos varios ciudadanos israelíes, murieron en los ataques a las torres gemelas. Supongo que se debe a que, por error, no recibieron la circular del Mossad.
No obstante, la negación persiste. Un sondeo de Pew en 2011, una década después del 9/11, dio a conocer que una mayoría de los encuestados en países como Egipto, Jordania y el Líbano, se negaban a creer que los ataques fueran llevados a cabo por los miembros árabes de al-Qaeda. "No hay una opinión pública musulmana en la que, ni siquiera el 30 por ciento, acepte que los árabes llevaron a cabo los ataques" según afirmaron los investigadores de Pew.
Esta ceguera no es peculiar al mundo árabe o del Medio Oriente. Analicemos Pakistán, el hogar de muchas de las teorías de conspiración más extrañas y más raras del mundo. Algunos paquistaníes dicen que la colegiala Malala Yousafzai es un agente de la CIA. Otros piensan que las fuertes inundaciones de 2010, que mataron a 2.000 paquistaníes, fueron causadas por la tecnología militar secreta de los Estados Unidos. Y dos de cada tres no creen que Osama Bin Laden fuera asesinado por los US Navy Seals en suelo paquistaní el 2 de mayo de 2011.
Analicemos también Nigeria, donde hubo un brote de poliomielitis en 2003, después de que la población local boicoteara la vacuna ya que consideraban era un complot occidental para infectar a los musulmanes con el VIH. Luego está Indonesia, el país de mayoría musulmana más poblada del mundo, donde los líderes políticos y periodistas culparon de los atentados de Bali de 2002 a agentes de Estados Unidos.
¿Por qué tantos de mis compatriotas musulmanes creen tan rápidamente en alocadas teorías conspirativas? ¿Cómo han conseguido los vendedores ambulantes de paranoia tal influencia dentro de las comunidades musulmanas?
En primer lugar, debemos ser justos: vale la pena señalar que las naciones de mayoría musulmana son los que han sufrido varias conspiraciones reales. Francia y Gran Bretaña conspiraron en secreto para repartirse el Medio Oriente entre ellos con el acuerdo Sykes-Picot de 1916. También conspiraron para atacar a Egipto, con la ayuda de Israel, y con ello provocaron la crisis de Suez de 1956. Ah, y resultó que no había armas de destrucción masiva en Irak en el 2003 a pesar de lo que afirmaban varios informes.
Una vez le pregunté al político paquistaní Imran Khan por qué sus conciudadanos estaban tan interesados en teorías de la conspiración. "Están siendo engañados todo el tiempo por sus líderes", respondió. "Si una sociedad se acostumbra a escuchar mentiras todo el tiempo... todo se convierte en una conspiración."
El argumento "Nos han mentido" tiene sus limitaciones. El escepticismo puede ser evidencia de una mentalidad sana e independiente; pero las teorías conspirativas son un virus que se alimenta de la inseguridad y la amargura. A medida que el ex diplomático paquistaní Husain Haqqani ha admitido que "la fascinación contemporánea musulmana por las teorías de la conspiración" es una forma conveniente de "explicar la impotencia de una comunidad que fue en un tiempo líder económico, científico, político y militar del mundo".
Y no se trata solamente de ignorancia o analfabetismo. Entre los que promulgan una visión del mundo paranoica, conspirativa, dentro de las comunidades musulmanas se incluyen los altamente educados y altamente cualificados, los gobernantes, y también los gobernados. Una teoría conspirativa reciente, culpando de la aparición del Estado Islámico al gobierno de Estados Unidos y que se basa en citas inventadas sobre el nuevo libro de memorias de Hillary Clinton, fue respaldada públicamente por el ministro de Relaciones Exteriores de Líbano y el ministro de Cultura de Egipto.
¿Dónde terminará? ¿Cuándo dejarán los musulmanes crédulos de apoyarse en la muleta de la conspiración? Culpamos a potencias extranjeras siniestras de todos nuestros problemas -el extremismo, el despotismo, la corrupción y todas las demás- y nos consideramos a nosotros como víctimas indefensas en lugar de agentes independientes. Después de todo, ¿Por qué asumir la responsabilidad de nuestras acciones cuando es mucho más fácil señalar con el dedo a la CIA / Mossad / los judíos / los hindúes, o cualquier otro villano de tu elección?
Como en cierta ocasión observó el intelectual egipcio Abd al-Munim, "El mayor problema con las teorías conspirativas es que nos mantienen no sólo alejados de la verdad, sino que también nos impiden afrontar nuestras faltas y problemas". También nos hacen parecer tontos. ¿Podemos darles un descanso, por favor?
Mehdi Hasan es colaborador de New Statement y trabaja para
al-Jazeera inglés y el Huffington Post Reino Unido, donde se postea esta
columna.
Traducción para Webislam de Sabora Gernikagoitia.
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