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sábado, 21 de marzo de 2015

Análisis psicológico del terrorista suicida (parte 2)

Análisis psicológico del terrorista suicida (parte 2)

La “humillación” y la violencia diaria, caldo de cultivo para elshahid
Pero, ¿qué pasa con esa humillación en este caso? Es un aspecto que puede sucederle a la víctima (al individuo en sí, al terrorista suicida potencial), o a alguien cercano a ellos. Sin posibilidad de que esa persona sobre la que recae la humillación pueda hacer nada para evitarla -más bien, si hace algo, empeoraría la situación-. Es fácil comprender cómo debe sentirse un padre cuando es registrado en un control por las autoridades israelíes después de haber esperado largas horas, delante de su mujer y de su hijo. Y cómo construirá el hijo su autoestima viendo que su modelo, el padre, es impotente y no puede hacer respetar su integridad (física o psicológica). La víctima reconoce que esta integridad está siendo violada. Las continuas amenazas y humillaciones generan también unmiedo permanente a la aniquilación que hacen que el sujeto viva de forma continua en estado de alerta.
En el caso de la violencia física en zonas de conflicto esto se agrava de forma importante: vivir con miedo se convierte en algo que se normaliza. La naturaleza del trauma nos dice, que cuando un grupo convive con la humillación -así como un individuo- día tras día, sucede lo que llamamos “egoísmo de la victimización“: se atiende sólo a los propios traumas, y para el dolor que se le infringe a los otros hay poca o nula empatía. El empleo de esta etiqueta de “víctima” a su vez proporciona al grupo/individuo el “derecho a vengarse”, en palabras de David Lacey, psicólogo de la Universidad de Sidney que ha hecho una valoración exhaustiva sobre el rol que desempeña este factor en Israel y Palestina, “podemos hacer el mal porque nos han hecho el mal”.
La importancia de esta mecánica, que aquí hemos resumido de forma muy escueta, es doble en el conflicto palestino-israelí: existe una victimización entre los judíos (el Holocausto) y también otra entre los palestinos (la expulsión de sus tierras y de sus casas -“nakba“- los tratos vejatorios por parte de la administración israelí a las poblaciones locales, a la par que la dependencia de las segundas sobre la primera, etc). Esta humillación sufrida no deja de ser violencia, y es respondida con más violencia -ante la inutilidad de otros métodos para canalizar efectivamente las demandas, como por ejemplo métodos políticos-, por tanto, los grupos palestinos atacan así a Israel. Y entonces el gobierno israelí incrementa la presión sobre el pueblo palestino, lo que a su vez produce más violencia, vejaciones y humillaciones sobre ellos. Es un ciclo del que resulta imposible salir y cuyo final es el aniquilamiento. Y qué mayor aniquilamiento que el de la víctima resurgiendo de la nada, con el cuerpo físico estallando y fragmentándose en pedazos, llevándose consigo a tantas personas como sea posible.
El atentado suicida tiene algo estético, que no debe ser subestimado: es una simbología perfecta, es el último acto que se lleva a cabo en la vida delshahid, para decirle a todo el mundo -a través de los periódicos, de las televisiones, etc- qué es en realidad el terrorista: lo que han hecho de él. El individuo ya se siente roto y dividido, en lo profundo de su psicología. Así, el acto del suicidio, a través de los explosivos, ilustra esa realidad interna que sólo el terrorista ve. El sujeto la habrá sufrido probablemente desde la infancia.
En conclusión, junto con otros puntos importantes, podemos decir que muchos terroristas suicidas lo serán, en venganza personal, por el sufrimiento y el dolor experimentado por ellos mismos, por sus familiares o por los miembros de su comunidad.
El cerebro del shahid
Paul McLean fue un neurocientífico americano, que hizo un importante descubrimiento: se dio cuenta que el cerebro humano estaba a su vez compuesto de tres cerebros, que se han desarrollado en diferentes etapas de nuestra evolución. En el proceso evolutivo, conforme incorporábamos un nuevo tipo de cerebro , el antiguo no era eliminado, sino que permanecía, y la formación más reciente se añadía encima de la última. Esto se puede muy claramente en el gráfico inferior:
cerebro 4
Así bien, el ser humano costa de un “cerebro triuno“. Aunque no voy a extenderme en aspectos científicos, dejo un buen enlace al que el interesado podrá recurrir. El cerebro humano evolucionado está integrado, por estas tres estructuras:
-Cerebro básico o “reptiliano” (“complejo-R). Controla los instintos, siendo el más fuerte de ellos el de la supervivencia. Es el cerebro de los reptiles y funciona en binario: el ataque o la huida. No tiene capacidad para pensar ni para sentir, su función simplemente es actuar y reaccionar a los estímulos directos. Va muy en consonancia con la actividad ritualística en los seres humanos, ya que en el caso animal procesa cosas similares, como el anidar o el apareamiento.
En este cerebro se procesan las experiencias primarias de aceptación o rechazo. La territorialidad, las adicciones, los rituales ya mencionados, las imitaciones y la seguridad son las funciones que este cerebro procesa. También es el que se ocupa del movimiento de los músculos, la respiración, y el movimiento del corazón.
-El sistema límbico. Es el cerebro mamífero. Emociones e instintos, como el comer, luchar, huir, y el comportamiento sexual. Es agradable, o desagradable. Esto quiere decir que se basa en escapar del dolor y recurrir al placer. También se ocupa del cuidado de las crías y nos proporciona el afecto que necesitamos para sobrevivir.
-Neocórtex. Aparece en los mamíferos más evolucionados, es el cerebro racional. La razón, el habla, la sapiencia o el pensamiento avanzado.
A estas alturas es fácil darse cuenta, por algunas de las características que ya se han ido describiendo, que el cerebro predominante en el shahid es el primero de ellos, el primitivo.
Pero,¿por qué predomina el cerebro reptiliano en la mente del terrorista suicida?Sobre esto, el psicólogo Daniel Esquivel ha realizado un importante ensayo en materia de psicología terrorista-suicida:
Esquivel nos dice en su trabajo que el shahid no puede controlar la agresividad de una forma adecuada. Todo el resentimiento y la agresividad que siente los canaliza contra los demás, a los que hace culpables de sus fracasos sociales, una parte de a quienes mata en el atentado suicida. Pero en el momento final,  también los redirige contra sí mismo, pues él también muere, se inmola.
La territorialidad no deja de ser importante. El terrorista suicida no siente empatía por las víctimas, aunque algunos estudiosos sostienen que sí es capaz de sentirla por su familia y allegados. Se genera una frontera separadora e “infranqueable” entre a quienes el individuo considera “los suyos” (fundamentalmente los miembros del grupo) y el resto de la sociedad, que es ajena y por tanto no importa. También es crucial el impulso territorial a la hora de defender el propio territorio, y atacar el de los otros: sucede, de hecho, en el caso de los territorios palestinos, con losshahid que atacan en Israel, en cafeterías o mercados.
Con respecto a los rituales, la vida del sujeto está plagada de ellos. Ya hemos hablado de los rituales de sumisión que éste lleva a cabo dentro de la célula, en el grupo. Pero también el mismo acto de la inmolación no deja de ser ritualístico, el “sacrificio humano primitivo”, la purificación.
Siguiendo con esto, el Dr. Esquivel menciona dos consecuencias que acarrea para el individuo el predominio del complejo-R en su modelo mental:
-En primer lugar, la fortaleza del propio complejo-R, con los factores de los que ya hemos hablado, anormalmente presentes en la conducta delshahid.
-En segundo lugar, la debilidad de los otros dos sistemas cerebrales -el límbico y el neocórtex- así, dice el experto “podríamos afirmar que hayelementos límbicos y corticales claramente bloqueados en estas personas: la empatía emocional con las personas que van a morir en el atentado,el temor a la propia muerte,la compasión por las víctimas,la creatividad para escapar de los rígidos determinismos intelectuales y culturales,la libertad para pensar con cabeza propia,el amor por los seres queridos con el consiguiente deseo de compartir su vida con ellos y hasta los impulsos sexuales que podrían conducirlos hacia otra clase de vida totalmente distinta a la que los conduce a la muerte”.
El factor suicida
El instinto suicida es algo indiscutible que aparece en todas las culturas, aunque éstas sean distintas las unas de las otras. Podemos decir, aunque ahora desarrollaremos la idea, que el suicidio cumple con una función en la naturaleza. De lo contrario, de no se útil para la supervivencia de los grupos, habría sido eliminado por la selección natural. Entonces, ¿por qué es útil? Desde luego, para el individuo, en nada, puesto que muere y ése es el final. Pero sí tiene utilidad para la sociedad: elimina a aquellos “menos aptos”, los hace desaparecer y así la sociedad no debe cargar con ellos. En este sentido, destaca un ensayo del sociológo Durkheim, que analizó el problema del suicidio a través de las diferentes sociedades y culturas.
Si bien Durkheim estableció varias tipologías para el acto suicida, la que nos interesa ahora es una a la que él llamó “suicidio altruista”. Concretamente, el suicidio “opcional” altruista . Es decir, aquellas sociedades o aquellas culturas donde el suicidio está bien percibido e incluso es motivo de admiración (el caso de los samuráis en la cultura japonesa, por poner un ejemplo)
Ya hemos mencionado antes la importancia estética de la inmolación, la explosión del propio cuerpo simboliza fuerza y destrucción. Lo que contrasta notablemente con el carácter introvertido y la exagerada vida interior, que el individuo desarrolla previamente a su muerte. Así, el sujeto pasa de ser una parte apenas significativa de su sociedad para convertirse en protagonista e incluso héroe público a través del atentado suicida. Esto se puede ver fácilmente en el siguiente vídeo:
Conclusión
El ataque suicida es, en resumen, no algo espontáneo que el terrorista realiza, sino el resultado de todo un proceso de planificación y preparación del shahid. Cuando se produce el acto, ya no sólo existe el dolor de las víctimas o sus familiares, sino que hay una especie de incertidumbre que genera inseguridad en toda la sociedad. Esto es así porque se trata de actos cuya naturaleza es aleatoria. No existe ninguna preferencia a la hora de elegir a las víctimas, las víctimas sólo estaban en el lugar equivocado en el momento equivocado. Cuando intentamos darle al shahid una imagen también humana, como una persona con profundas necesidades insatisfechas que no ha terminado de adaptarse satisfactoriamente a la sociedad, que ha experimentado violencia y humillación, se puede disminuir ese impacto generado ante el público: el terrorista suicida no es un monstruo, es humano. Para hacerse una idea, se estima que para “fabricar” un terrorista suicida se requiere un proceso de adoctrinamiento de ocho a diez años.
La solución  actualmente radica en la prevención a través de los cuerpos de seguridad y los servicios de inteligencia, el atentado suicida no deja de ser un acto terrorista más. Si bien hemos mejorado mucho nuestros sistemas de seguridad, aún no hemos disuadido al shahid. Porque el caldo de cultivo donde éste se ha criado es el de la violencia y la intolerancia, y la transformación en terrorista suicida se lleva a cabo a través de estos factores, descriptores de muchas zonas de Oriente Medio. Por supuesto, la prioridad debería de ser acabar con los grupos que reclutan a estos jóvenes para inducirles a morir matando, mención importante a la financiación, porque sin recursos económicos el grupo no podría llevar a cabo sus acciones (se requieren locales, explosivos, equipos de comunicación…). No es lógico que países ampliamente conocidos por subvencionar el terrorismo, como es el caso de Arabia Saudí ó el emirato de Qatar, no puedan ser condenados a nivel internacional por tratarse de países ricos o con recursos petroleros.  EEUU, a través de sus servicios de inteligencia, formó a Al Qaeda en los años 80 para combatir contra los soviéticos en Afganistán. Han extendido la “democracia” a Iraq ó a Libia, que ahora son importantes focos terroristas, y ha financiado a la oposición siria (como hizo con la libia) a la par que otros países comoIsrael o Turquía también han financiado a estos grupos, que tratan de desestabilizar el estado multicultural y plurinacional sirio, lo cual ha generado ahora el ascenso del IS, contra el que se está combatiendo desde Occidente.
Sobre todo esto, el actual presidente de Irán, Hasán Rohani ha dicho:
Ciertos países han ayudado a crearlo [el extremismo] y ahora son incapaces de frenarlo […] y determinadas agencias de inteligencia han puesto espadas en manos de dementes de los que ahora nadie está a salvo“. Añade “en una sociedad subdesarrollada, la democracia importada sólo conduce a gobiernos débiles y vulnerables
Todo esto puede aplicarse también a Irán. Pero razón no le falta.

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