'Asad fue quien empezó la guerra pero Occidente tiene que negociar con él'
'Si se piensa que Bashar Asad es la solución, hay que recordar siempre que fue quien empezó el problema'
'No creo que Daesh vaya a sobrevivir y creo que antes o después, la vieja frontera entre Siria e Irak será restituida'
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'Las Primaveras Árabes iban a ocurrir antes o después, es un poco como la Revolución Francesa'
'Los refugiados prueban que la retórica del 'choque de civilizaciones' es errónea, que no nos odian'
Para el arabista británico John McHugo es "absolutamente esencial" tener una perspectiva histórica para comprender qué está pasando hoy en Oriente Próximo. Y esto es precisamente lo que trata de brindar su libro Una breve historia de los árabes (Turner), que, en la edición española, se completa con un capítulo dedicado a los procesos revolucionarios. Abogado especializado en Derecho Internacional y especialista en Siria, McHugo conversó con EL MUNDO en Casa Árabe.
- Señala en su libro que la Primavera Árabe acaba de empezar. ¿Qué podemos esperar de este proceso por ahora?
- No podemos esperar que todo transcurra de manera tranquila. Y eso ya lo hemos visto, con la catastrófica guerra civil en Siria, al igual que en Yemen y Libia en estado de caos, además de un largo etcétera. Pero lo cierto es que esto iba a ocurrir antes o después. En ese aspecto, es un poco como la Revolución Francesa y creo que el proceso que ha empezado ahora, dentro de unas décadas conducirá a desarrollos muy positivos, con los países árabes convirtiéndose en mucho menos autocráticos y mucho más democráticos.
- Hasta ahora, las revoluciones árabes han tenido tanto consecuencias negativas como positivas, ¿cuál es su análisis sobre los cambios inmediatos que han producido?
- El cambio inmediato ha sido que la vieja idea del autócrata que gobierna un país árabe y lo mantiene bajo control es un modelo que ha fracasado. Otro cambio inmediato has sido la prominencia del islamismo en el poder, pero no veo el futuro del mundo árabe siendo enteramente islamista. Lo que sí pienso es que los países y pueblos árabes quieren tener estados y democracias modernas, donde impere la ley y haya elecciones libres y justas y libertad de reunión y de expresión. Pero quieren esto enmarcado en sus propias tradiciones, así que podemos esperar partidos islamistas a imagen de la democracia cristiana europea. De hecho en Túnez podemos ver esto en pleno desarrollo y en el futuro esto emergerá en otros países, aunque eso llevará tiempo.
- Algunos gobiernos occidentales, dada la amenaza del grupo terrorista autodenominado Estado Islámico (Daesh, en su acrónimo en árabe) en Siria o Irak, ven a dictadores como Bashar Asad como el mal menor.
- No olvidemos que la mayoría de los muertos en Siria han perdido la vida bajo las bombas lanzadas por el régimen. En Occidente estamos un poco obsesionados con Daesh y por supuesto que son una fuerza muy destructiva, pero no debemos perder de vista que la revolución siria descendió a un conflicto cuando las fuerzas de seguridad dispararon contra las manifestaciones. Si se piensa que el régimen de Bashar Asad es la solución hay que recordar siempre que fue quien empezó el problema.
- Ahora que miles de refugiados están llegando a Europa pidiendo asilo, es cuando nuestros gobiernos se dan cuenta de que la guerra de Siria también nos afecta a los europeos. ¿Qué piensa de la respuesta que se está dando desde la Unión Europea a esta crisis?
- Le diré lo que me gustaría ver. Me gustaría ver mucha más unión en este asunto. Creo que si la UE va unida puede tener un impacto muy positivo, ya que tenemos un gran poder económico y diplomático. Uno de los principales problemas del conflicto sirio es que lo que era una guerra civil se ha convertido en una guerra por poderes. Los españoles recordarán cómo alemanes e italianos interfirieron en un bando y la Unión Soviética en el otro, durante la Guerra Civil. Y eso probablemente hizo que las cosas fueran más complicadas de lo que ya eran. Siria es un caso similar: tenemos a Irán y Rusia respaldando a Asad, a Turquía haciendo su propio juego, por razones de política interior, y a Arabia Saudí y Qatar financiando a la gente equivocada en la oposición al régimen. Y aquí es donde la UE podría jugar un papel importante combinando su músculo económico y teniendo una influencia real en estos países. Lo máximo que podemos esperar ahora es poder forzar a las partes a negociar. Asad representa una sección de siria y hay que negociar con él.
- ¿Y qué tiene que hacer Europa para ayudar a los refugiados sirios?
- Es una lección para todos. En Europa tenemos que darnos cuenta de que pertenecemos al mundo y que no podemos encerrarnos en nosotros mismos y cerrar las puertas al resto del mundo. Otra cosa: Si leemos a algunos escritores de derechas, particularmente en EEUU, leemos el discurso de que 'esta gente en el mundo árabe nos odia'. Y precisamente la historia de los refugiados sirios nos muestra que tenemos ideas falsas, que eso no es verdad, que conocen nuestras sociedades y que quieren que sus propias sociedades sean como las nuestras, quieren lo que nosotros tenemos y quieren implantarlo en sus hogares. La retórica del 'choque de civilizaciones' está equivocada y prueba de ello son los refugiados sirios.
- Estamos viendo las consecuencias catastróficas de la guerra de Siria y la devastadora evolución del autodenominado Estado Islámico tanto en este país como en Irak. ¿Cambiará el mapa de Oriente Próximo? ¿Estamos asistiendo al final de las fronteras diseñadas por Sykes-Picot?
- No creo que vaya a haber un cambio de fronteras en Oriente Próximo. Porque una vez que un estado soberano existe, se convierte en una entidad muy fuerte. No creo que Daesh vaya a sobrevivir y creo que antes o después, la vieja frontera entre Siria e Irak será restituida. Dicho esto, debemos tener en cuenta que si la democracia llega a estos países, notaremos cambios en estos Estados: algunos tendrán regiones más autónomas, otros se convertirán en federaciones y podremos ver incluso más cooperación entre Estados, un poco como en la Unión Europea, que sería el ideal aunque estamos a muchos años de que esto sea así, pero no creo que sea totalmente imposible.
- Daesh declaró el califato en junio de 2014 y desde entonces se ha expandido sobre todo en Siria e Irak. ¿Piensa que puede convertirse en una realidad, ser un estado?
- Daesh sólo ha podido arreglárselas para existir porque había un vacío. Veo tres elementos en Daesh. Uno es una problema genuino en Irak, que es la desafección de los suníes hacia Occidente. Dos, que Daesh es una banda de gángsteres. Y tres, lo que han hecho de forma muy inteligente, es golpear en la identidad política de muchos musulmanes suníes inseguros y mal informados. Hay un clérigo sirio, Mohamed al Yacoubi, que se opone al régimen y que emitió una fatwa según la cual los suníes deben luchar contra Daesh porque Daesh, dijo, 'no es un califato, es una completa mentira'.
- ¿Es la solución al conflicto palestino-israelí la llave para resolver los problemas en Oriente Próximo?
- En esencia eso es correcto, aunque sería equivocado decir que esta es la causa de todos los conflictos. Me preocupa que en el mundo anglosajón -no sé si en España también- todo el problema árabe-israelí tiende a ser olvidado cuando se habla de los problemas en Siria o Irak. Porque hay tantas cosas que nos conducen al conflicto árabe-israelí, no menos que la falta de confianza que los árabes tienen hacia Occidente. Y eso es porque la parte árabe de la historia, incluso hoy, no ha sido contada en Occidente.
- Pero el proceso de paz está hoy en vía muerta.
- Cuando Arabia Saudí propuso un plan de paz que adoptó la Liga Árabe en 2002, que da a Israel todos sus derechos en la Ley Internacional, Israel se las ha arreglado de una manera u otra para evitar que ese plan se discuta seriamente, incluso cuando -como parte de ese plan- obtendría el reconocimiento de todos y cada uno de los Estados árabes, creo que tenemos que mirar dónde reside la responsabilidad. Siento decir esto, pero mientras Israel reclame el reconocimiento de sus derechos en la Ley Internacional como condición para negociar pero al mismo tiempo rehúse reconocerles sus derechos a palestinos, sirios y árabes en general, no creo que podamos decir que Israel haya negociado con buena fe.
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