Rusia pide a sus compatriotas que regresen de Turquía
Al debate dialéctico entre ambos países se han sumado una serie de restricciones de tipo comercial por parte de Rusia
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4,5 millones de rusos disfrutaron de Turquía en 2014. Les agrada, especialmente, la costa mediterránea. Pero tras el incidente del avión, la crisis amenaza de cebarse con el sector turístico. Citando preocupaciones de seguridad, algunas empresas turísticas rusas ya habían cancelado sus paquetes el martes. Desde este jueves, importantes turoperadores han cancelado hasta vuelos.
La advertencia rusa se suma a una serie de pequeñas represalias adelantadas por el Kremlin, que por ahora no quiere golpear el voluminoso negocio de la exportación de gas a Turquía. En el mismo día de estos anuncios, calificados por el presidente turco Erdogan de "emocionales" y "sin encaje en política", él y el dirigente ruso se han intercambiado duras acusaciones.
"Parece que el líder turco está empujando las relaciones [entre ambos países] a un callejón sin salida", dijo Vladimir Putin en una ceremonia de entrega de credenciales diplomáticas en Moscú. El presidente ruso, que ya acusó a Turquía de clavar una "puñalada por la espalda" al abatir el avión en la zona fronteriza con Siria, añadió que espera de Ankara disculpas o indemnizaciones.
El incidente del Sujoi 24, que acabó con dos militares rusos muertos y uno de los pilotos del caza rescatado, amenaza con desvencijar la alianza global que intenta pergeñarse junto a Rusia contra el auto denominado Estado Islámico (IS, en siglas inglesas). El Kremlin ha reaccionado airado, acusando a Turquía de nutrirse del petróleo extraído por el IS y de ser "cómplice de los terroristas".
El homólogo turco de Putin es, no obstante, un hombre con el que comparte fama de indoblegable: Recep Tayyip Erdogan. "Mentirosos", ha llamado Erdogan a quienes insisten en que Turquía compra gas y petróleo del IS, y les ha retado a probarlo. El presidente turco alega que su país sólo compra combustibles fósiles de fuentes conocidas. "Nuestro principal proveedor es Rusia", recordó.
Durante un extenso discurso frente a líderes comunitarios turcos, el jefe de Estado se ha despachado con Putin. "'Daesh' [apelación despectiva del IS] vende el petróleo extraído al [presidente sirio] Bashar Asad. A Asad. Habladlo con ese Asad al que apoyáis", inquirió Erdogan. "Si uno examina las armas y al poder financiero de 'Daesh', que primero mire al régimen de Asad", criticó Erdogan.
Bombardeos al IS
El presidente de Turquía ha dedicado tiempo también a volver a acusar a Rusia de no bombardear al IS. "El propósito de aquellos que atacan a la oposición moderada de Siria en nombre de 'la lucha anti 'Daesh' es obvio", dijo Erdogan. No hay miembros del IS en la provincia siria de Lataquía, donde el incidente del avión, pero sí hay algunas brigadas ligadas a Al Qaeda junto a otras que no.Erdogan también ha vuelto a justificar el derribo del Su-24 amparándose en las "reglas de la guerra", aunque ha matizado que "la nacionalidad del aparato era desconocida para nosotros en el momento del accidente. No tenemos ninguna razón para apuntar a Turquía, con la que mantenemos buenas relaciones". Con esta frase, el presidente quiso desmentir a Rusia, que los acusó de ataque "deliberado", y limar asperezas.
Vladimir Putin han acusado a Turquía estos días de "islamizar" la sociedad turca, refiriéndose a este hecho como "un problema más profundo" que el del derribo del avión. "El 99% de los turcos ya son musulmanes", ha retraído Erdogan, conocido por hacer proselitismo islámico en una Turquía de origen laico. "¿Acaso digo que el ejecutivo ruso hace proselitismo cristiano?", ironizó.
Represalias
El ministro de Economía ruso, Aleksey Ulukayev, ha sido taxativo. "El gasoducto Turkish Stream - en construcción para transportar gas ruso a Europa, alternativo al de Ucrania - podría quedar sujeto a restricciones", ha amenazado. "Los preparativos de un área de libre comercio entre Rusia y Turquía deben detenerse, y limitarse los vuelos civiles entre ambos países", añadió.Estas palabras de Ulukayev siguen a las del primer ministro ruso, Dimitri Medvedev, que amenazó este miércoles con frenar varios proyectos conjuntos entre rusos y turcos, como la primera central nuclear de Turquía. Por ahora no se ha hablado de cerrar el grifo del gas natural, crucial para Turquía, ya que sus importaciones dependen casi en un 55% de Turquía.
"No creo que Rusia y Turquía vayan a convertir lo ocurrido en un conflicto bilateral, ya que ambos países son interdependientes en materia comercial, como el gas natural. Probablemente hallarán una solución en canales diplomáticos", opina a EL MUNDO Merve Özdemirkiran, investigadora en Política en la Universidad de Bahçesehir.
Primeras respuestas del enfado ruso
El enfado ruso amenaza con extenderse, sin embargo, a otros bienes de importación menores. Mercados turcos como el de la construcción o los productos agrícolas han tenido hasta ahora en Rusia importantes compradores. Las asociaciones empresariales turcas temen que Rusia rebaje las compras, algo más fácil de perjudicar que el mercado energético por las alternativas disponibles.En el mundo empresarial Rusia parece ya ha adoptado las primeras represalias. Según medios turcos, la policía rusa detuvo a 60 empresarios este miércoles por la tarde. Los acusa de "hacer comunicados falsos sobre su viaje al país". Presuntamente los empresarios habían viajado para una feria de agricultura a la ciudad de Krasnodar con visado de turista.
Los agentes detuvieron a los individuos, que formaban un grupo de representantes de 22 empresas turcas, en la misma Krasnodar. De allí los trasladó a un centro de migración en Sochi, paso previo a su deportación. Un tribunal ha decretado diez días de detención y ha multado a cada empresario con 4.000 rublos (unos 57 euros).
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