“Don Goyo” según don Goyo
Carta de Esmógico CityJosé de la Colina
2012-04-25 • Política
En su afición al suspense (es decir el arte de producir
y bien ritmar el miedo según el cine de Hitchcock), el volcán ese que
los esmogicanos tenemos a unas dos horas de automóvil (yendo desde
Esmógico City por la carretera Chalco-Amecameca), ha vuelto en estos
días a divertirse emitiendo espectaculares fumarolas y dando indicios de
actividad ígnea, y así tiene en vilo a los habitantes de alrededor, que
no suelen llamarlo Popocatépetl, es decir en la manera respetuosa de
referirse al legendario jefe guerrero náhuatl de la leyenda, el eterno
enamorado de la volcana Iztacccihuatl, sino que, más sencillamente lo
llaman “Popo”, que es el hipocorístico o modo abreviado y un tanto
infantil de su nombre original, y también suelen decirle “Don Goyo”, que
también es un hipocorístico, en este caso del nombre Gregorio. Y he
aquí que tal sobrenombre, que suena tan amistoso, tan de bonachón vecino
de un comunidad pueblerina, es acaso el más misterioso de los tres
apelativos del volcán, pero según don Gregorio López Vega, vendedor de
fruta en un tianguis de Amecameca, tambien se explica por otra leyenda (
si acaso las leyendas explican algo).
Dice el humano don Goyo que “Don Goyo” es un diablillo o nahual, quien, surgido de las fogosas y no siempre dormidas entrañas del “Popo”, acostumbra pasearse por los pueblos aledaños para advertir del inminente peligro de erupción volcánica.
—“Don Goyo” es un nahual buena gente y es avisador–dice su tocayo–, pero yo pienso que él es quien enciende el fuego en el “Popo” cada vez que se disgusta porque siente que las cosas van muy mal en el país.
—¿Y por qué sospecha usted eso, don Goyo? ¿Ha visto u oído recientemente al nahual tocayo suyo?
—Pos no, pero mi nieto Chuy asegura que sí se lo encontró hace unas semanas. Me contó que está muy viejo, más que yo, nomás imagínese, y que tiene el pelo y la barba hasta los pies y muy blancos, y los ojos muy rojos, señal de que está enojado. Y le preguntó a Chuy, que no es espantadizo, si traía cerillos que le regalase uno, dizque nomás para fumar un cigarrito, o que si había cerca una tienda donde comprar cerillos.
Dice el humano don Goyo que “Don Goyo” es un diablillo o nahual, quien, surgido de las fogosas y no siempre dormidas entrañas del “Popo”, acostumbra pasearse por los pueblos aledaños para advertir del inminente peligro de erupción volcánica.
—“Don Goyo” es un nahual buena gente y es avisador–dice su tocayo–, pero yo pienso que él es quien enciende el fuego en el “Popo” cada vez que se disgusta porque siente que las cosas van muy mal en el país.
—¿Y por qué sospecha usted eso, don Goyo? ¿Ha visto u oído recientemente al nahual tocayo suyo?
—Pos no, pero mi nieto Chuy asegura que sí se lo encontró hace unas semanas. Me contó que está muy viejo, más que yo, nomás imagínese, y que tiene el pelo y la barba hasta los pies y muy blancos, y los ojos muy rojos, señal de que está enojado. Y le preguntó a Chuy, que no es espantadizo, si traía cerillos que le regalase uno, dizque nomás para fumar un cigarrito, o que si había cerca una tienda donde comprar cerillos.
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