¿Por qué el alcohol es tan adictivo?
Viernes 31 de mayo de 2013
Por: Redacción Quo
¿Se puede beber sin sufrir cruda? Averígualo en las Preguntas Inteligentes.
¿Por qué el alcohol es adictivo?
Una investigación realizada en las Universidad de California, San Francisco, descubrió la razón por la que algunas personas se vuelven adictas al alcohol.
En el trabajo descubrieron que el cerebro de la gente que bebe en excesos es más receptivo a los compuestos que provocan la sensación de placer y recompensa tras una bebida.
Al igual que otras sustancias adictivas, como la cocaína y las anfetaminas, el consumo de alcohol provoca liberación de endorfinas, unos compuestos químicos opioides que se adhieren a los receptores en los centros de recompensa del cerebro provocando la sensación de placer que nos produce el alcohol.
Estudios en el pasado realizados con animales habían demostrado que el abuso del alcohol produce cambios químicos en el cerebro que incrementa la tolerancia, y por consiguiente, la dependencia a la sustancia.
¿Podemos tomar sin padecer cruda?
Sí, o por lo menos es lo que dicen investigadores de la Universidad Nacional de Chungman. En su estudio encontraron que cuando se agrega una gran cantidad de oxígeno a una bebida, los niveles de alcohol en la sangre disminuyen drásticamente, lo que también reduce los efectos negativos de la resaca.
Los médicos Kwang-il y Know Hye estudiaron las propiedades del alcohol que lleva burbujas añadidas como el soju, que es un vino de arroz oxigenado muy popular en China.
Los investigadores explican que la introducción de oxígeno en el alcohol permite que nuestro cuerpo funcione de una forma más rápida y eficiente y las borracheras se vuelvan más fáciles de superar.
¿Por qué la cruda es peor cuando somos más viejos?
Un estudio publicado en Alcoholism: Clinical & Experimental Research ealizado encontró que la resaca varía con la edad. En su investigación, realizada con ratas, se descubrió que los roedores de mayor edad tenían más síntomas de la resaca así como signos de ansiedad y comportamiento antisocial.
En otra prueba realizada con 159 hombres suecos se descubrió que las variaciones de los síntomas de la resaca se acentuaban más después de los 30 años. Los investigadores consideran que esto se debe a que la adolescencia inicia el consumo inmoderado de alcohol, que puede causar daños irreversibles como trastornos mentales.
Hace tiempo, otros investigadores empezaron a usar herramientas novedosas de medición de la resaca. Una de las más populares es la llamada Hangover Symptoms Scale de la profesora Damaris Rohsenow, de la Universidad de Providence.
Ella la probó con 54 marinos suecos y 135 universitarios de Boston, a quienes hicieron beber cerveza, vodka o bourbon hasta alcanzar 1,2 g/kg en hombres y 1 g/kg en mujeres.
Después de 8 horas de sueño, les pasaron el cuestionario y puntuaron de 0 a 7 varios síntomas: sed, agotamiento, dolor de cabeza, mareos y desmayos, falta de apetito, dolor de estómago, náuseas y taquicardias.
Las puntuaciones sirvieron a Rohsenow para establecer relaciones entre la intensidad de los síntomas y la presencia de tóxicos en cada clase de bebida. Y aunque demostró que las bebidas oscuras provocan efectos colaterales más desagradables, la disfunción cerebral se mantenía a la mañana siguiente en cualquiera de los casos.
Una investigación realizada en las Universidad de California, San Francisco, descubrió la razón por la que algunas personas se vuelven adictas al alcohol.
En el trabajo descubrieron que el cerebro de la gente que bebe en excesos es más receptivo a los compuestos que provocan la sensación de placer y recompensa tras una bebida.
Al igual que otras sustancias adictivas, como la cocaína y las anfetaminas, el consumo de alcohol provoca liberación de endorfinas, unos compuestos químicos opioides que se adhieren a los receptores en los centros de recompensa del cerebro provocando la sensación de placer que nos produce el alcohol.
Estudios en el pasado realizados con animales habían demostrado que el abuso del alcohol produce cambios químicos en el cerebro que incrementa la tolerancia, y por consiguiente, la dependencia a la sustancia.
¿Podemos tomar sin padecer cruda?
Sí, o por lo menos es lo que dicen investigadores de la Universidad Nacional de Chungman. En su estudio encontraron que cuando se agrega una gran cantidad de oxígeno a una bebida, los niveles de alcohol en la sangre disminuyen drásticamente, lo que también reduce los efectos negativos de la resaca.
Los médicos Kwang-il y Know Hye estudiaron las propiedades del alcohol que lleva burbujas añadidas como el soju, que es un vino de arroz oxigenado muy popular en China.
Los investigadores explican que la introducción de oxígeno en el alcohol permite que nuestro cuerpo funcione de una forma más rápida y eficiente y las borracheras se vuelvan más fáciles de superar.
¿Por qué la cruda es peor cuando somos más viejos?
Un estudio publicado en Alcoholism: Clinical & Experimental Research ealizado encontró que la resaca varía con la edad. En su investigación, realizada con ratas, se descubrió que los roedores de mayor edad tenían más síntomas de la resaca así como signos de ansiedad y comportamiento antisocial.
En otra prueba realizada con 159 hombres suecos se descubrió que las variaciones de los síntomas de la resaca se acentuaban más después de los 30 años. Los investigadores consideran que esto se debe a que la adolescencia inicia el consumo inmoderado de alcohol, que puede causar daños irreversibles como trastornos mentales.
Hace tiempo, otros investigadores empezaron a usar herramientas novedosas de medición de la resaca. Una de las más populares es la llamada Hangover Symptoms Scale de la profesora Damaris Rohsenow, de la Universidad de Providence.
Ella la probó con 54 marinos suecos y 135 universitarios de Boston, a quienes hicieron beber cerveza, vodka o bourbon hasta alcanzar 1,2 g/kg en hombres y 1 g/kg en mujeres.
Después de 8 horas de sueño, les pasaron el cuestionario y puntuaron de 0 a 7 varios síntomas: sed, agotamiento, dolor de cabeza, mareos y desmayos, falta de apetito, dolor de estómago, náuseas y taquicardias.
Las puntuaciones sirvieron a Rohsenow para establecer relaciones entre la intensidad de los síntomas y la presencia de tóxicos en cada clase de bebida. Y aunque demostró que las bebidas oscuras provocan efectos colaterales más desagradables, la disfunción cerebral se mantenía a la mañana siguiente en cualquiera de los casos.
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