La concepción integral de perfección en el din islámico

Entre el formalismo y la verdadera dimensión del din

03/06/2013 - Autor: Yahia Said Al Andalusi El Maliki - Fuente: Webislam

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El objetivo último del sufismo es la unificación de la aparente multiplicidad en la Unidad Esencial.

Han cometido un grave error los ulama que elevaron el fiqh al rango de ciencia primordial del Islam, ya que aunque una persona conozca en detalle los métodos y formas del fiqh, si desconoce el significado profundo de cada acto, no sabrá en realidad, casi nada.

Del conocimiento íntimo, de la sustancia de cada acto, no se ocupaba en principio ninguna ciencia particular, a ningún sahaba ni tabi´un se le hubiese ocurrido que el Islam podría existir sin este conocimiento.

Este saber, que hoy denominamos “sufismo” es el conocimiento íntimo del contenido de las acciones, sea de los actos de adoración o de cualquier acto que se ejecuta en la vida cotidiana. Es observar cada cosa en su realidad íntima, como señal que apunta a allah, que todo lo ha dotado de realidad. Como la existencia del aspecto profundo del saber, estaba claro para los primeros musulmanes, a tal punto que no necesitaron el término “sufismo”, ya que sabían que no existe Islam sin este aspecto, el término “sufismo” no necesita explicación para quien comprende en profundidad el Islam, luego de un primer período, donde los más preocupados por preservar y enseñar el contenido profundo del Islam, fueron, primero el propio Profeta Muhammad –saws-, y luego Abu Huraira –ra-, Ali ibn Abu Talib –ra-, Abdullah ibn Omar –ra- , y muchos otros compañeros, aparecieron los maestros que recogieron lo que el Profeta –saws había enseñado y los sahaba transmitido a quienes tuvieron capacidad y lo continuaron transmitiendo, algunos de ellos fueron Hassan Al Basri -r- o Dhul Nun Al Misri –r-, en una tercera etapa, y aunque aún las sectas literalistas, que no eran capaces de comprender el Islam sino como “una religión más”, la religión simple del desierto, aparecieron los grandes intelectuales como Al Huzwuili –r- e ibn Al Arabi –r- del sufismo, es decir el aspecto de comprensión profunda del Islam, tuvo entonces una explosión literaria y se comenzaron a conformar las turuq.

El proceso de conformación de las turuq continúa hasta hoy, y lógicamente hay grupos que comprenden correctamente el asunto y siguen en la línea original y grupos que han introducido innovaciones, generando una “mala reputación” para el término sufismo.

Durante este proceso, y particularmente en época muy reciente, aparecieron movimientos político-religiosos que negaron que el Islam sea otra cosa que la literalidad (mal entendida además) del Corán y la sunna, declarando que es innovación pretender conocer el mensaje profundo del Corán y la sunna y perfeccionar el propio adab, tal y como indicó Allah al Profeta –saws-. “No te enviamos sino a perfeccionar el adab”, en estas palabras está la prueba de que no existe Islam verdadero sin ese aspecto que, se llame como se llame, es el sufismo.

Estas sectas desviadas y simplonas, que declaman desvergonzada, ignorante y abiertamente el sufismo como innovación, negando así que el Mensaje de Muhammad tenga un contenido práctico-espiritual, captan hoy mucha atención, por diversos motivos, la simplonería beduina siempre es más fácil de absorber que la simpleza primordial del Mensaje de Muhammad, es decir, la innovación es más fácil de entender que el Islam o sufismo, es indiferente colocar aquí una u otra palabra, ya que en este caso Islam y sufismo son sinónimos. Se extendió así la herejía formalista, que intenta marginar la espiritualidad islámica y mantener los ojos del creyente cerrados.