Los Hermanos Musulmanes son el origen de al-Qaeda
Que la yihad del desarrollo, y no la de la sangre, sea la del éxito aplazado
30/01/2015 - Autor: Nadine al-Badair - Fuente: al-Masry al-Youm
No olvidemos que:
− En el año 2002 la guardia fronteriza entre Arabia Saudí y el Yemen confiscó 176 mil cartuchos de dinamita y 401 millones de balas.
− Entre los años 2003 y 2004 el Ministerio del Interior saudí se incautó de 24 toneladas de explosivos, 300 proyectiles RPG, 430 granadas de mano, 300 chalecos suicidas y 674 detonadores.
− Los Hermanos Musulmanes fueron los primeros en movilizar para la yihad en Afganistán cuando el Guía Supremo de la Hermandad en Egipto envió a Kamal al-Sinaniry (cuñado de Sayid Qutb) a Pakistán. Kamal estaba en Arabia Saudí cuando se reunió con el palestino `Abdullah Azzam, miembro de los Hermanos Musulmanes, a quien convenció para viajar a Islamabad. A partir de entonces Azzam dirigió la campaña de movilización de los muyahidines árabes que habrían de luchar en Afganistán.
Según el investigador Thomas Hegghammer, “el encuentro histórico que reunió por casualidad a Azzam y a al-Sinaniry fue un acontecimiento de gran relevancia que muestra el papel activo que desempeñaron las redes de los Hermanos Musulmanes en el llamamiento a los árabes para luchar en Afganistán. A principios de los ochenta, los Hermanos Musulmanes constituyeron el principal vínculo de unión entre el mundo árabe y los muyahidines afganos. Por ejemplo, en 1983 los líderes de los muyahidines afganos no se ponían de acuerdo sobre el liderazgo para una unión política. Para solucionar el conflicto, un consejo formado por 17 ulemas árabes se encargó de elegir al nuevo dirigente, la mayoría de ellos miembros de la Hermandad. Los Hermanos Musulmanes también utilizaron su influencia en las organizaciones islámicas internacionales, como la Liga Mundial Islámica y la Organización de la Conferencia Islámica, la cual desempeñó un importante papel en la movilización y pagaba a `Abdullah Azzam. En cuanto a la participación de los saudíes, comenzó primero a través de la Liga Mundial Islámica y de los Hermanos Musulmanes”.
`Abdullah Azzam fue quien dictó una fatua en la que afirmaba que la yihad en Afganistán es el deber individual e intransferible de todo musulmán. Osama Bin Laden fue una de las personas que respondieron a la convocatoria y se trasladaron a Afganistán en 1983. El ideario político de Azzam fue adoptado por los profesores de educación primaria, que eran Hermanos Musulmanes sirios y que se encargaron de transmitirlos.
Cuando se conocieron Bin Laden y Azzam, este adquirió una gran influencia en la vida de Bin Laden, el cual se convirtió en el principal responsable del Maktab al-Jadamat(Oficina de Servicios para los guerrilleros afganos) fundada por Azzam.
No se trata de negar nuestra culpa y nuestros errores históricos. Hemos luchado en una tierra que no es la nuestra y en unas fronteras con las que no tenemos ninguna relación. Sin embargo, es una realidad histórica que los Hermanos Musulmanes inventaron los objetivos unionistas e islámicos de al-Qaeda y establecieron las bases de la organización.
Los Hermanos Musulmanes han conseguido que nos olvidemos del nacionalismo saudí en beneficio de la unión islámica. La sociedad ha sido la mayor engañada por esta tragedia.
No neguemos que fue un error político letal defender nuestra actuación en Afganistán. Hoy, el régimen pretende enmendar ese error y desde la Guerra del Golfo ha comenzado a alejarse del islam político como instrumento de conflicto. Hoy, el régimen defiende que nos quedemos en el país. Ojalá hubiera tenido las ideas tan claras hace décadas.
Tampoco olvidemos que al-Qaeda nos rodea. También los Hermanos Musulmanes. Los explosivos. El terrorismo antiguo. No nos creamos que esto se ha acabado y que no volverá hasta que no nos aseguremos de que han desaparecido las ideas de al-Qaeda y de quien la fundó.
Al describir el futuro de la “yihad”, Thomas Hegghammer recuerda las siguientes palabras de David Cook: “En el diccionario de la yihad no está la palabra fracaso. Solo existe el éxito aplazado”.
Deseo con toda mi alma que la yihad del desarrollo, y no la de la sangre, sea la del éxito aplazado.
Traducción del árabe de Jadiyetou Chaaban Sidahmed y Manuel Feria
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