"Gobierno popular" (Revista Proceso, 25 de enero, 2015) |
Posted: 26 Jan 2015 07:00 AM PST
Es un grave error visualizar nuestra tarea actual como la de “perfeccionar” la democracia mexicana o emprender una “segunda transición” limitada a la rendición de cuentas y el estado de derecho. Cualquier esfuerzo que no enfrente directamente la cuestión del poder social estará destinado al fracaso. La razón por la cual el país se encuentra en una situación tan delicada es porque las instituciones públicas y la clase política sirven a los amos del poder y el dinero en lugar de servir a los ciudadanos más humildes y vulnerables.
La conquista del poder público por los de abajo constituye un paso necesario para empezar a rectificar. Mientras el Estado se mantenga en manos de élites corruptas que desprecian profundamente al pueblo mexicano, su única función será reprimir, dividir y explotar a la sociedad. Un Estado controlado por el pueblo no podría resolver por sí solo los grandes problemas nacionales, pero por lo menos fungiría como un escudo protector de los intereses populares contra la ambición desmedida y el sadismo sangriento de los poderosos. Y si un gobierno popular lograra un fuerte respaldo social podría incluso convertirse en una palanca para una transformación económica y política de fondo.
La coyuntura global es propicia para el surgimiento de un gobierno popular en México. La crisis de gobernabilidad neoliberal que se vive en el país es similar a la que experimentaron Brasil, Argentina y Venezuela en los años noventa, Bolivia y Ecuador en la primera década del presente siglo, y actualmente España y Grecia. Así como los opresivos sistemas burocráticos del bloque soviético fueron derrumbados por la acción social durante la década de los ochenta, hoy los sistemas de exclusión y corrupción institucionalizadas, de la órbita estadunidense, también se desmoronan frente a la movilización popular.
Los próximos meses constituyen un momento clave en la batalla por transformar las coordenadas del poder público en México. Más allá de la posición de cada quien con respecto a la utilidad del voto, durante el periodo de las campañas electorales la situación política de la nación se coloca en el centro del debate público. Nadie podrá evitar los millones de anuncios de los candidatos ni los debates con colegas y amigos sobre la coyuntura nacional...
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