Consejo de Seguridad de la ONU logra inédito pacto sobre Siria
Tras más de dos años de diferencias, los cinco miembros permanentes se pusieron de acuerdo en un borrador sobre las armas químicas sirias. Aunque falta la votación, ya ha sido calificado como un avance importante.
Poco después de que varios mandatarios -entre ellos algunos latinoamericanos- pidieron durante la Asamblea General de Naciones Unidas una reforma de su Consejo de Seguridad, tildado de ineficiente, éste consiguió un acuerdo importante sobre el conflicto en Siria.
Según trascendió en la tarde del jueves, los cinco miembros permanentes lograron ponerse sorpresivamente de acuerdo en un borrador de resolución para eliminar el arsenal químico de ese país de Medio Oriente, un paso que pone fin a más de dos años de indecisión en este órgano clave de la ONU.
El borrador, que todavía debe ser sometido a votación por los 15 miembros, ha sido calificado como un “avance importante” en el conflicto, así como una decisión “histórica y sin precedentes”.
No es para menos: fuentes diplomáticas señalan que será la primera resolución vinculante sobre el conflicto sirio si se aprueba, algo que parece probable.
Hasta la fecha, Rusia y China -dos aliados importantes del presidente sirio Bashar al Asad- habían utilizado su poder de veto para frenar resoluciones propuestas por países de Occidente contra el régimen sirio.
Pero Rusia y Estados Unidos sí llegaron en Ginebra a un acuerdo para la eliminación de las armas químicas, y el acuerdo de este jueves es un resultado directo de lo que se consiguió en Suiza.
CAMBIO CONCRETO
El borrador aprobado por las principales potencias representa un cambio concreto en comparación con la forma como se estaba desarrollando hace apenas unas semanas la respuesta de Washington a los ataques químicos en Siria de finales de agosto.
Todavía están frescos en la memoria los comentarios del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, sobre la parálisis del Consejo de Seguridad y cómo estaba dispuesto a atacar Siria sin el apoyo del ente internacional por excelencia.
Como si fuera poco, hace exactamente un mes, una de las portavoces del Departamento de Estado, Marie Harf, había dicho enfáticamente que no había razones para pensar que los esfuerzos en el Consejo de Seguridad terminarían siendo distintos a los fallidos esfuerzos previos.
De ahí que un funcionario de esa misma entidad gubernamental dijera este jueves, en condición de anonimato y tras el anuncio, que “hace apenas dos semanas nadie pensaba que esto pudiera ser posible”.
Por eso, este paso, aunque todavía es preliminar, recuerda que en términos políticos hay giros abruptos y decisiones que en poco tiempo pueden dejar de ser tan contundentes y definitivas como parecían en un principio.
¿DERROTA COLECTIVA?
Este argumento es válido para Estados Unidos, cuyo gobierno posiblemente tratará de sacar réditos políticos de lo que el citado funcionario ahora llama “una diplomacia conseguida con mucho esfuerzo”, como para el Consejo de Seguridad, objeto de un aluvión de críticas por su ineficiencia para lograr algún impacto en el conflicto sirio.
En cuanto a este último, el compromiso de las principales potencias en el marco de las Naciones Unidas toma un cariz particular si se considera que hace apenas unos días, durante la sesión plenaria de la Asamblea General, un amplio número de gobernantes abogó por una reforma de la institución.
La petición de un cambio claramente no es nueva, pero sí ha tenido un impulso renovado por el conflicto de Siria.
Por ejemplo, en uno de los discursos más comentados, la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, dijo que es “imperativo evitar la derrota colectiva de llegar a 2015 sin un Consejo de Seguridad capaz de ejercer totalmente sus responsabilidades” y ejemplificó con la “inmensa dificultad” para ofrecer una solución a la crisis de Damasco.
Por supuesto, es importante aclarar que también ha habido voces que han salido en defensa de Naciones Unidas: hay analistas que argumentan que su inefectividad puede deberse no tanto al ente como tal, sino más bien a los gobiernos particulares que lo conforman.
De cualquier manera, es poco probable que el acuerdo de este jueves elimine las voces que piden un cambio. Lo que sí puede hacer es atemperarlas, por lo menos en el futuro cercano.
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