Señales ominosas
Jorge Suárez-Vélez
26 Jul. 2018
La enorme popularidad de López Obrador se confunde con infalibilidad. Nada más lejos de la realidad. El casi Presidente electo da señales ominosas. Empiezo por su patética reacción a la multa del INE por el mal uso de los recursos del fideicomiso para los damnificados del sismo. Esa operación de lavado de dinero está incuestionablemente documentada. AMLO repitió hasta la náusea que acabaría con la corrupción. Urge que aquí demande transparencia. ¿O caerá en la trampa de Trump, quien cree que cualquier cuestionamiento a faltas cometidas durante la elección deslegitima el resultado?
La propuesta de someter la obra pública más importante de esta década a consulta popular es preocupantemente obtusa y sienta un precedente delicado. Más de 70% de los mexicanos nunca ha abordado un avión, y la mayoría del resto lo hace sólo esporádicamente. Consultar con ellos una obra que ni les viene ni les va carece de un mínimo de seriedad y sensatez. Dejará a México sin la principal puerta para su pujante turismo, y matará la oportunidad para que nuestra valiosa industria exportadora tenga infraestructura que urge para mover carga. Como acertadamente dijo Enrique de la Madrid, en Centroamérica y el sudeste estadounidense estarán de plácemes por quitarse la competencia de un nuevo aeropuerto en la Ciudad de México que logísticamente hace tanto sentido que les quitaría tráfico y negocio.
La carta enviada al presidente Trump fue vergonzosa. Es muestra fehaciente de que no se tiene el más ínfimo entendimiento de la política estadounidense y de la relación con Estados Unidos, y de que debe haber rencillas fuertes en el equipo de AMLO, pues quiero pensar que no escuchó a quienes más podrían aportar al tema. Celebrar que ambas campañas consiguieron "desplazar al establishment" es un error estratégico. Ese establishment era pro migrante, pro TLC, pro dreamers y pro México. Se menciona el tema de seguridad en la agenda, pero sin propuesta alguna. La única forma de que el desarrollo económico de México importe a la administración Trump es si logramos ligarlo con la seguridad que sí les atañe. Proponer que el sur se desarrollará sembrando árboles frutales cuando el mundo vive la revolución tecnológica más impactante en la historia da pena ajena. Y, cuidado, celebrar la positiva respuesta de Trump es caer en la trampa que nos pone quien pronto hará propuestas inaceptables. Ese momento de conflicto se acerca. Quieren que México detenga, reciba y hospede a los refugiados centroamericanos para que no lleguen a su frontera, quizá a cambio de un acuerdo bilateral que sustituya al TLC. Esa propuesta es una trampa mortal, pues separaría a México de Canadá en la negociación, y la ratificación del Congreso de EU es improbable.
AMLO y su equipo necesitan detenerse a escuchar y pensar antes de continuar el tsunami de propuestas superficiales y absurdas. Los inversionistas internacionales empiezan a preocuparse de que la funesta propuesta de ahorrar reduciendo salarios de altos mandos en el gobierno contamine a Banco de México, Cofece y otras entidades estratégicamente vitales. La credibilidad es como la virginidad, una vez que se pierde no se recupera.
Preocupa que todo esto ocurre cuando la oposición ha sido arrasada. La ciudadanía debe entender cuánto importa apoyar a una sociedad civil cuya voz necesita crecer. El empresariado tendrá frente a sí la rentable tentación de acomodarse en la nueva realidad para volver a los setenta, aprovechando una economía cerrada, orientada a sustituir importaciones y enriqueciéndose por la cercanía al nuevo gobierno. Eso garantizaría que una flamante y dócil mafia del poder sustituya a la previa.
AMLO tiene 127 días para dejar atrás al ocurrente y volátil candidato de oposición para actuar como el estadista que México requiere y que la oportunidad en sus manos demanda. Viene un entorno internacional mucho más complejo. Churchill decía que el éxito proviene de ir de fracaso en fracaso sin perder entusiasmo. Ojalá AMLO intente un camino alternativo.
@jorgesuarezv
La propuesta de someter la obra pública más importante de esta década a consulta popular es preocupantemente obtusa y sienta un precedente delicado. Más de 70% de los mexicanos nunca ha abordado un avión, y la mayoría del resto lo hace sólo esporádicamente. Consultar con ellos una obra que ni les viene ni les va carece de un mínimo de seriedad y sensatez. Dejará a México sin la principal puerta para su pujante turismo, y matará la oportunidad para que nuestra valiosa industria exportadora tenga infraestructura que urge para mover carga. Como acertadamente dijo Enrique de la Madrid, en Centroamérica y el sudeste estadounidense estarán de plácemes por quitarse la competencia de un nuevo aeropuerto en la Ciudad de México que logísticamente hace tanto sentido que les quitaría tráfico y negocio.
La carta enviada al presidente Trump fue vergonzosa. Es muestra fehaciente de que no se tiene el más ínfimo entendimiento de la política estadounidense y de la relación con Estados Unidos, y de que debe haber rencillas fuertes en el equipo de AMLO, pues quiero pensar que no escuchó a quienes más podrían aportar al tema. Celebrar que ambas campañas consiguieron "desplazar al establishment" es un error estratégico. Ese establishment era pro migrante, pro TLC, pro dreamers y pro México. Se menciona el tema de seguridad en la agenda, pero sin propuesta alguna. La única forma de que el desarrollo económico de México importe a la administración Trump es si logramos ligarlo con la seguridad que sí les atañe. Proponer que el sur se desarrollará sembrando árboles frutales cuando el mundo vive la revolución tecnológica más impactante en la historia da pena ajena. Y, cuidado, celebrar la positiva respuesta de Trump es caer en la trampa que nos pone quien pronto hará propuestas inaceptables. Ese momento de conflicto se acerca. Quieren que México detenga, reciba y hospede a los refugiados centroamericanos para que no lleguen a su frontera, quizá a cambio de un acuerdo bilateral que sustituya al TLC. Esa propuesta es una trampa mortal, pues separaría a México de Canadá en la negociación, y la ratificación del Congreso de EU es improbable.
AMLO y su equipo necesitan detenerse a escuchar y pensar antes de continuar el tsunami de propuestas superficiales y absurdas. Los inversionistas internacionales empiezan a preocuparse de que la funesta propuesta de ahorrar reduciendo salarios de altos mandos en el gobierno contamine a Banco de México, Cofece y otras entidades estratégicamente vitales. La credibilidad es como la virginidad, una vez que se pierde no se recupera.
Preocupa que todo esto ocurre cuando la oposición ha sido arrasada. La ciudadanía debe entender cuánto importa apoyar a una sociedad civil cuya voz necesita crecer. El empresariado tendrá frente a sí la rentable tentación de acomodarse en la nueva realidad para volver a los setenta, aprovechando una economía cerrada, orientada a sustituir importaciones y enriqueciéndose por la cercanía al nuevo gobierno. Eso garantizaría que una flamante y dócil mafia del poder sustituya a la previa.
AMLO tiene 127 días para dejar atrás al ocurrente y volátil candidato de oposición para actuar como el estadista que México requiere y que la oportunidad en sus manos demanda. Viene un entorno internacional mucho más complejo. Churchill decía que el éxito proviene de ir de fracaso en fracaso sin perder entusiasmo. Ojalá AMLO intente un camino alternativo.
@jorgesuarezv
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